Cosas de Reyna

Municipios de éxito


En relación a la columna anterior, donde formulé algunas consideraciones en torno al desarrollo municipal, se hizo el compromiso de presentar algunas propuestas. Debo indicar que el tema da para mucha tinta.

Queda claro que la crítica –de cualquier índole, siempre que sea respetuosa- debe ir aparejada por propuestas firmes, viables, pero sobre todo reales. De nada sirve hablar y tirar manotazos al aire. Es esta una vana empresa digna de oprobio y rechazo.

El asunto es que me di a la tarea de buscar en la red planes y programas de municipios exitosos. De hecho leí bastante. Nacional e internacionalmente. De alguna manera supuse que buscar nuevas lecturas sobre desarrollo municipal habría de ser suficiente para encontrar o descubrir las razones y causas por las cuales habían alcanzado en otros lugares, el éxito comunitario, el municipal o delegacional como también es conocido en otros países.

Localicé municipios ciertamente exitosos y no lo fue gracias a que se atuvieron plenamente a los recursos federales y estatales. Encontré municipios que decidieron ser exitosos gracias a ellos mismos y no a la dependencia subordinada política y económica.


Así que haciendo honor a mi género, los porqués me agobiaron y actuaron como acicate para encontrar respuestas. Quien esto escribe sufre y padece a su propia persona. Dicho en forma coloquial, me padezco a mí misma, lo cual no es tarea fácil. Las mujeres me entenderán.


El tema venía a mi mente una y otra vez, sin darme cuenta que tenía la respuesta frente a mis ojos y de cara a la realidad.


No localicé ninguna administración de municipio, comarca o delegación exitosa en sus quehaceres públicos que no hubiera actuado conforme a un verdadero compromiso social, con actitud proactiva en los quehaceres públicos. Con enfoque y con visión.


Me encontré con que los grupos o partidos políticos asentados en aquellos lugares limitan su actuación electoral al proceso mismo y que pasados éstos, se unen como comunidad para tomar o retomar actividades que incidan directa o indirectamente en los habitantes y vecinos de las localidades.


No hablo de municipios fuera de este mundo. No son ajenos a problemas y carencias. Hablo de lugares donde sus pobladores no ven como botín político y económico las arcas públicas. Constituyen sí, espacios donde el reto se traduce en alcanzar espacios de mejor y mayor beneficio para todos. Porque tienen claro el interés común y la trascendencia histórica donde son actores.


Pero también vi otra realidad: La de municipios cuyas administraciones han fracasado como tales. Donde el liderazgo no se asume y donde la palabra desarrollo solo la encuentran en el papel y el discurso.

Estos municipios fracasados tienen algunas características que conviene resaltar:


1. Cuentan con Autoridades locales que son en los hechos, presidentes de su propio partido.
2. Presencia de servidores con amplio desconocimiento de la función pública.
3. No se respeta el servicio civil de carrera. Es decir, que los más preparados continúen en cargos donde apliquen sus habilidades.
4. Se contrata personal que resulta ser familiar, amigos, compadres, hijos, del Presidente, del Síndico, de los Regidores, etcétera. Los perfiles profesionales no cuentan. Se duplican o triplican funciones –y por ende sueldos-.
5. De ahí que se presenta un crecimiento desmedido del aparato administrativo: más personal, más oficinas, más gasto, etcétera. A muchos de ellos los dejan como herencia para la siguiente administración.
6. Un Cabildo que no opina, ni sugiere, ni se compromete con las causas sociales o de plano, que ni siquiera se opone cuando así debe hacerlo.
7. Poseen una comunicación social altamente unilateral. Solo la autoridad “comunica” pero no escucha.
8. Carencia o nula evaluación de los programas, obras, actividades de las distintas instancias que conforman el aparato gubernamental. La fórmula costo-beneficio sigue estando ausente.
9. Funcionarios que buscan desde ya (o sea, desde el primer momento en que asumen sus empleos), cual puesto siguiente pretenderán. El 100% de desempeño nunca se logra porque tienen sus ojos en lo siguiente para ellos mismos.
10. Gravitan los asesores de todo y hacedores de nada.
11. Distanciamiento respecto a los sectores que sostienen la economía del municipio, sea en materia de agricultura, ganadería, turismo, servicios.
12. Una gestión pública mediocre o de escasos resultados del Alcalde. Viajes, reuniones de trabajo, comisiones y cualquier otra variante que solo implica pérdida de tiempo sin derivaciones tangibles.
13. Carencia de políticas públicas municipales en rubros como seguridad pública, educación, agua potable, etcétera.
14. Una sociedad civil que poco o nada participa. Dejar hacer, dejar pasar.
15. Sin que se agote en este punto la lista de los porqués fracasan las administraciones municipales, como se aseveró en la columna anterior, los planes estratégicos de desarrollo no existen y si están, no se encuentran orientados hacia una mística de servicio.


¿Qué hace entonces a un municipio y su administración local exitoso? La respuesta es por demás clara. Cada parte, sociedad y gobierno tendríamos que replantearnos nuestro rol y compromiso. El punto es dar el primer paso.

p.d. El orden de los puntos anteriores no altera el resultado.