Cosas de Reyna

Y ahora… la segunda curva

Si algo debemos conservar en estos momentos el colectivo nacional es la memoria histórica. Estoy cansada de tanto sexenio fallido para la mayoría de los mexicanos y exitoso para un reducido número de privilegiados del club de la corrupción, de la impunidad y la ignominia; estoy hastiada de ser depositaria obligada a pagar deudas públicas generadas por gobiernos corruptos que con mucho, han afectado proyectos de vida y carrera de miles, si no millones de mexicanos que para rematar nos vemos obligados a contemplar imágenes de niños millonarios hijos de papá corrupto que alegremente juntos o separados pasean por el mundo exhibiendo sus aviones, bolsos y ropa de marca. 

Estoy harta de eso. 

Por eso y más me encuentro sumamente interesada en las medidas que el gobierno federal está implementando primero en lo sanitario y después en la consecuente recuperación económica. Me rehuso a vivir la segunda parte de mi vida soportando, lamentando y pagando deudas ajenas y/o para que unos cuantos se llenen las bolsas en tanto nosotros no hemos podido ni siquiera asegurar los términos exactos de jubilaciones dignas y porque pienso en los que vienen atrás de mi generación. Lo menos que podemos hacer es allanarles un poco el camino. Porque ¿cómo sostener un plan de vida personal si al final de cuentas está sujeto al sexenio en turno cuyo ejercicio en el poder nos ha llevado cada vez por distintos derroteros? 

Apenas el domingo pasado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer el Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo, enfocado en hacer frente a la crisis que se está generando por la pandemia del Covid-19 así como la dramática caída de los precios del petróleo. Enunciativamente el programa contempla la creación de 2 millones de empleos en nueve meses, apoyar con 2 millones de créditos a pequeños empresarios, reducir salario y eliminar aguinaldo a altos funcionarios gubernamentales federal, conservar estímulos a los precios de las gasolinas, reembolso inmediato a los contribuyentes del impuesto al valor agregado (IVA), y mantiene en firme sus varias cerezas del pastel: la construcción del Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería Dos Bocas.

De los variados tintes de crítica hacia este programa destacan el no rescate de empresas y bancos, así como no convertir las deudas privadas en deuda pública, los no privilegios fiscales, cero gasolinazo,todos estos rubros en los que tenemos francas historias de terror que impactaron de la misma forma a millones de familia y miles de pequeñas y medianas empresas. 

Por su parte, el Consejo Coordinador Empresarial, inconforme con el programa de reactivación de AMLO, convocó a las organizaciones sociales, sindicales, y organismos, a integrar un Acuerdo Nacional a favor de México con el ánimo, se dijo, de enfrentar la pandemia del Covid-19 y salvaguardar el empleo, los salarios y el ingreso de las familias. Para ello proponen cinco medidas para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas (MPYMES) como es que las grandes empresas acojan a un negocio pequeño; realizar compras adelantadas aunque la mercancía se reciba después, pagar a proveedores en un lapso no mayor de 30 días, generar una plataforma de factoraje y la no penalización evitando un periodo de sanciones contractuales entre particulares. 

Sin embargo no recuerdo un momento en el que las grandes empresas no hayan utilizado como escudo a las MPYMES como plan perverso para alcanzar sus propios fines.

Por otro lado, si los grandes empresarios buscaban condonación de impuestos, esto no será posible gracias a la reciente reforma constitucional contenida en el Artículo 28 que prohibe condonaciones y exenciones. En realidad esta reforma es un blindaje gubernamental cuyo fondo fue un pantanal sexenio tras sexenio. Por eso la insistencia en que la memoria colectiva no se pierda o difumine.

Así las cosas, los mexicanos nos encontramos ante dos polos -uno público y otro privado- que no logran conciliar entre sí para la recuperación económica que se viene.

Nos hemos enfocado en una parte del problema que naturalmente es el de mayor relevancia: reducir significativamente la velocidad del contagio del Covid-19 para evitar que los hospitales colapsen con la consecuente pérdida de vidas humanas que matemáticamente expertos han calculado. Las medidas de contención para aplanar la curva del contagio han sido duras pero necesarias. Ahora bien, el confinamiento implica que alguien o algunos deben asumir esos costos económicos. ¿Es responsabilidad exclusiva del Estado o del gobierno hacerlo? O peor aún, ¿Tiene el Estado la capacidad económica suficiente para afrontar una pandemia que por definición es impredecible?

¿Qué está pasando con una gran cantidad de personas que no tienen empleo o que viven el día a día con sus ingresos? ¿Qué con las MPYMES, con los bancos?

Sucede que así como cada día analizamos el índice de contagios por este virus que nos está atacando, (visualizado a través de una imagen de campana con la cual estamos cada vez más familiarizados), también tendremos que considerar la otra campana, la otra curva que es la económica, como una realidad que está ahí, por dura que sea como lo afirma Richard Baldwin, experto en la materia y académico de las universidades de Oxford, Massachusetts y Columbia quien insiste en que no hay una disyuntiva entre salvar vidas y salvar la economía pues es un falso dilema. Uno le sigue al otro.

El caso es que seremos contagiados por el virus y/o lo seremos por la crisis económica. 

Es aquí donde el gobierno está obligado a tener una firme política de rescate para proteger la economía. En algún momento, en algun punto en el tiempo la curva del Covid-19 se va a aplanar, eso es una verdad absoluta. ¿Qué haremos entonces? Miles de personas sin empleo, cientos de empresas cerradas, economías familiares colapsadas, proyectos de inversión tirados al caño junto con miles de empleos que no llegaron a ser. Egresados de Universidades con título en mano tropezándose unos con otros, planes de vida y carrera en la zozobra.

Si las políticas de aplanamiento de la curva sanitaria se exponen día por día tanto por el presidente AMLO como por el subsecretario de Salud López Gattel, como prioritariamente corresponde, se insiste en que las políticas de rescate económico no deben quedar atrás. Francamente no estamos preparados en México para dos crisis consecutivas y sobre este tenor el gobierno y cúpulas empresariales, bancarias, industriales y demás, deben trabajar de la mano.

Trabajar de la mano, no a manotazos ni gasolinazos ni rescates millonarios para que como antaño, con la complacencia de gobiernos nefastos en conjunto con grandes empresarios se creen organismos como  el patético Fobaproa de 1990 (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) en el que la mayor cantidad de los recursos (60%) fue para el rescate bancario, con un impacto del 14.5% del Producto Interno Bruto; aquella deuda la seguimos pagando los mexicanos gracias al ex presidente Ernesto Zedillo quien convirtió en pública las deudas y obligaciones de las empresas, aunque la corrupción y el desaseo en estas medidas financieras iniciaron con otro ex presidente, Carlos Salinas de Gortari, autor intelectual del dichoso Fondo.

El cambio de paradigma en las actuaciones gubernamentales es vital para que los mexicanos tengamos credibilidad, no hay lugar a equivocaciones ya que la pandemia exige la aplicación de grandes recursos económicos que se obtendrán precisamente de la recaudación fiscal, de algunos fideicomisos públicos (pasada esta etapa será necesario que se transparente el ejercicio de estos), reducción del gasto corriente de los tres órdenes de gobierno, que los quince grandes empresarios morosos cubran los cincuenta mil millones de pesos que le deben al SAT, entre otras acciones a implementar sin demora.

El no contraer deuda pública y tener considerada esta opción como último recurso es algo positivo para la estabilidad económica. Cualquier otro en el pasado hubiera corrido a arrodillarse ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de apretarse el cinturón o de exigir lo que se adeuda al SAT. 















Carta a María Magdalena


Queridísima y apreciada María Magdalena:

Espero que al recibir la presente, estés gozando de la vida celestial al lado de tus seres queridos, como corresponde. Yo acá bien, gracias a Dios, tratando de entender esto de la pandemia del COVID-19.

Aunque he dialogado contigo en otras ocasiones, desde hace tiempo tenia la inquietud de escribir esta misiva. Sabes que mi cultura religiosa es algo escasa. Con las reservas de este supino desconocimiento, tu persona y vida me causan tanta curiosidad, tanto interés, porque bueno, eso de que estuviste tan cerca de Jesucristo ha de haber sido ahora sí que una experiencia religiosa sensacional, querida. Mira: entre más leo, más ideas vienen en torno tuyo, tantas como interrogantes personales se presentan con ello. No conforme con eso, poseo una mente bastante libre y aunado a que soy dada a pensar, analizar, atar y desatar cabos, ¡pues ya sabrás! 

He tejido ideas, creado y recreado escenarios. No te molestes, no quiero ser irreverente ni invadir la privacidad que cuidaste y protegiste con tanto esmero. La discreción demostrada en todo momento es digna de encomio: Entre ser señalada o poseer fama y fortuna, optaste por lo primero, tal vez incluso sin pensar. Querida, sé que el objetivo valía con creces la pena, aunque eso no te quita mérito y reconocimiento. Al contrario. ¡Bravo, amiga!

¿Estás enterada que Dan Brown escribió sobre ti en su novela El código Da Vinci hace ya algunos años? ¡ Uy si vieras la revolución que se ha desatado desde entonces! . Por supuesto que antes de esa magnífica novela había voces y susurros alrededor de tu subyugante historia, pero nada que no se pudiera mas o menos controlar por los interesados. Andanadas de elogios, aludes de críticas, manifestaciones de tus tantísimos fans, pero también de otros que no lo son, con la pena.


Mira que si estuvieras aqui, no terminarías aún de firmar autógrafos. Los reflectores de Hollywood te tuvieran ciega materialmente y Oprah no acabaría de entrevistarte con mil y un cuestiones que abordar desde distintas ópticas. Si te digo, esto es un caos y tema que no acaba. Eres como quien dice la comidilla en círculos sociales, religiosos y hasta políticos. Imagino a la gran Oprah entrevistándote, entrando a tu vida mediante sus inquisitivas preguntas sobre tus distintos roles de mujer, de dizque prostituta, de amante, de líder, de cercanía a Él, de quien se dice que recibiste grandes enseñanzas ideológicas de las cuales algunas no trasmitiste a Pedro, tal vez para protegerte tu misma. ¿Qué cantidad de vivencias habrás tenido con los apóstoles? ¿Te escuchaban? ¿Te ignoraban? ¿Te hacían partícipe de sus actividades como a un igual?  Oprah hubiera hecho lo suyo y habría sacado a la luz cada cosa! Así es ella.  ¡Si la conocieras! 

¡Que vida tan agitada, querida amiga! Fuiste y serás por siempre reconocida como mujer intensa, leal, apasionada, entregada a sus ideas y causas plenamente convencida aunque en ello corriera grandes riesgos. De entre todos los personajes bíblicos, destacas por tu hechura humana con debilidades, tropiezos y virtudes. Porque cometiste hierros y aciertos. Porque supiste ser y estar. A lo mejor es por eso que te sentimos tan cerca y gozas de tantas simpatías. Además sabias reír y también derramaste lágrimas amargas cuando tu corazón fue cruelmente estrujado. He ahí una mujer dispuesta y puesta: No medías el riesgo porque te entregaste a lo que creías. ¡Va otro enorme Bravo querida! 

María Magdalena, que bárbara, sinceramente que la tuviste difícil acá: viste a Cristo crucificado, ayudaste a sepultarlo y a la vez te distinguió al ser la primera en verlo resucitado. Deveras que eres única.

No deseo entrar en el tema que tanto te duele en el que el imaginario colectivo te encasilló en situaciones que seguramente no sean de tu agrado ni te hagan justicia. Tampoco interesa ahora hablar de Pedro, quien se molestaba contigo e iba presuroso con Él a quejarse de ti porque –en su opinión- hablabas mucho y no sabias guardar silencio como acostumbraban las mujeres en aquella época. ¡Ay! ¿Te imaginas si Pedro como mortal en este momento estuviera aquí? Seguro que se espantaba, te vería ya con otros ojos y sin hostilidad. A lo mejor hasta cambiaba de opinión respecto a tu persona y huía aterrorizado de nosotras que ahora somos más echadas para delante y difícilmente callamos. Ahora que lo pienso bien, a lo mejor por eso tu comportamiento era señalado, estigmatizado para anularte como ser pensante. Si en el 2020 sucede cada cosa ¡imagínate en tu época! De plano, tu valentía es de reconocerse amiga.

Por cierto, sabes que hay fuertes rumores de que en realidad eras la señalada para asumir el mando de la iglesia católica? No es por intrigar pero se dice por muchos que Pedro se te anticipó, por decirlo de manera suave. Ya conversaremos personalmente sobre ello y espero que no pronto, la verdad.

Me invade la curiosidad y no puedo evitar preguntarte: ¿Realmente era Él tan guapo? Déjame decirte que ha habido pintores y escultores que lo han plasmado en sus obras de distinta manera: a veces demasiado delgado, lacerado muchas otras o bien con un rosto iluminado de alegría y otras con sombras negras, negrísimas de tristeza. El manto de Turín para que te enteres, ha pasado por innumerables pruebas. No si te digo que somos únicos en eso de buscarle y buscarle. No tenemos fin.

¿Te molestan mis preguntas y observaciones? Es que se me olvida eso de tu santidad y que debo tratarte como tal. Sé que eres comprensiva y me vas a entender así que continúo. No te desesperes, ten paciencia y continúa leyendo por favor:

Figúrate: hace ya más de dos mil años que estuviste acá en la tierra y poco ha cambiado en esto de ser mujer, tarea nada fácil pero a la que no renunciamos por ningún motivo. ¿Recuerdas lo que sufriste cuando estuviste aquí? ¡Vieras como te echamos de menos! Tú sí que sabes entender a las mujeres de carne y hueso, las que vibramos a la par de nuestros sentimientos, de la autenticidad en lo que somos y hacemos. Te sentimos cerca, eso ni dudarlo. ¡Que te puedo decir si lo sabes perfectamente! En resumen, nos haces falta y aplaudimos que poco a poco se va reconociendo la verdadera categoría, nivel y trascendencia que reviste la persona llamada María Magdalena.  Hay estudios que indican que eras una mujer adinerada, culta e influyente. No, pues con lo culta e influyente de seguro que incomodabas a los apóstoles, pues es sabido que entre ellos eran recurrentes las rencillas por congraciarse con Jesús. ¿Será que por esa incomodidad que despertabas, a más de ser mujer, fue que se propagaron tan feos y tristes rumores sobre tu moral? 

Mira que aquí y ahora a eso se le denomina violencia política. Claro! tenías todas las características para ser envidiada, para verte como una persona de peligro con francas posibilidades de ocupar un lugar especial en la construcción de esa nueva fe.  Disculpa que te lo pregunte, pero no puedo evitar hacerlo: ¿Era Jesucristo un feminista o bien creía en la igualdad de derechos? 

María Magdalena, la de Magdala, aldea cercana a Cafarnaún, dime que sientes cuando te das cuenta que tienes tantas seguidoras/es.  ¡Seguro que ni te la crees! Has de pensar que te has convertido en una moda. En Trending  se dice hoy. Por cierto, me encantan los atuendos que usaban en la época. ¿Es cierto que ese color tan bonito que aplicaban a sus telas provenía de una semilla? En algunas películas, entre ellas Ben Hur aparecen artistas con atuendos que me hubiera gustado usar, tanto como fascinado vivir aquel tiempo. Por cierto, hace muchísimos años leí Caballo de Troya. ¡Ay querida!, me provocó una crisis existencial-espiritual que para que te cuento. Era tan vívida la narrativa que sentía que andaba por aquellos rumbos.

No quiero perder el hilo de esta misiva; como suele suceder entre mujeres, saltamos de un tema a otro sin olvidar el anterior para retomarlo más tarde. Por eso los hombres pocas veces pueden seguir el ritmo de nuestras pláticas. Ni te pregunto sobre esto. Me imagino a Maria, Marta y tú, en sus largas conversaciones privadas. Con tantos sucesos importantes que tenían en forma constante, cuando no era una cosa era la otra. No pues de seguro nunca acababan de platicar.

¿Qué te parece el reposicionamiento que estás teniendo entre la grey católica y la no tan católica? Mira, eso de que fuiste o no una prostituta arrepentida no es motivo de discusión para tus seguidoras porque simplemente no lo creemos.  Entiendo que en ninguna parte de los Evangelios se dice nada al respecto y por lo que a mí concierne, no es tema que interese, sobre todo porque considero que la peor prostitución es la espiritual. Ahí si que ni como remediar.

¿Sabes que en internet aparece tu historia en millones de páginas? ¡Uy si vieras! Hay de todo: que si la historia tuya con Él es una completa mentira, que si es producto de la novela El Código Da Vinci, que si estuviste casada con Él y tuvieron uno o dos hijos. Ha sido tanto el interés en ti, que no son pocos los estudiosos que se han abocado a investigar sobre ello. Te comento que se encontró un manuscrito de más de 1,450 años que localizaron en la subyugante y misteriosa Biblioteca Británica los investigadores Barrie Wilsom y Simcha Jacobovici que afirma esto e incluso menciona los nombres de Efrain y Manasés como hijos de ambos. Tal vez sueltes la carcajada al leer esto. O tal vez guardes prudente silencio. Solo tú, Maria Magdalena conoces la verdad, la abrazaste, protegiste y te fuiste con ella. 

Qué significativo es que fuiste la discipula predilecta, tanto así que enfrentaste a Pedro en los albores de la iglesia. ¿Recuerdas la obra Jesucristo superestrella? En ella se te brinda tremendo homenaje como icono del feminismo: liberada, no sujeta a subordinaciones inútiles y sin sentido, capaz de discernir y hacer valer su opinión. Luchaste por ser tratada como una igual con los apóstoles –aunque sabemos que en múltiples ocasiones los superabas- ¡Caramba Maria Magdalena! ¡Que temple tenías dentro de tu personalidad tan aparentemente tranquila!

Bueno, parece que me extendí demasiado. Te digo que cuando empiezo a escribir difícilmente logro desprenderme. Algún lejano día platicaremos frente a frente –eso espero- y podremos acaso abordar esos otros temas que están pendientes.


Tu amiga,
Reyna.








Putin en tiempos del COVID-19



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Es el hombre más poderoso de Rusia y se encuentra en  el top de los más influyentes del mundo. Persona enigmática, fuerte, de mirada profunda, inteligente y visionario, Vladímir Putin, el actual presidente de la Federación Rusa, ha ocupado dicho cargo ininterrumpidamente por tres periodos; actualmente ejerce el cuarto, que va del 2018 al 2024. Descrito como dictador, en una ocasión Mitt Romney, excandidato a presidente de EE.UU., afirmó que era una amenaza real para la estabilidad y la paz del mundo. Hillary Clinton ha comparado su gobierno como el de Adolf Hitler a raíz de la invasión de Ucrania (2014)  Igual lo hizo David Cameron Primer Ministro del Reino Unido, entre otros.

A Putin le gusta aparecer como hombre rudo, duro y fuerte. Es clásica la fotografía en la que aparece con el torso desnudo, pescando en las montañas de Siberia. Practica artes marciales, vuela en aviones de caza, interactúa con animales salvajes, se sumerge en aguas heladas y profund
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as, conduce carros de carreras o las poderosas motocicletas Harley Davidson. Tiene su lado cultural muy elevado y también canta. Lo ha hecho en varias eventos caritativos. Toda una imagen comercial construida a su alrededor pero que no niega la veracidad de sus dotes. Los resalta en todo caso.

Como muchos líderes mundiales, su origen es humilde, graduado de Derecho, se enlistó en el servicio de espionaje de la KGB, y después en el Servicio Federal de Seguridad (FSB) que sustituyó a aquella. Todo un espía formado en las entrañas de la temida organización que ha dado pauta a infinidad de mitos y leyendas urbanas no exentas algunas de realidad.

Llegar al poder no le fue fácil pero sí seguro. Transitó escabrosos caminos políticos hasta posicionarse en la cúspide del poder.  Sabía a lo que iba y cómo lograrlo. La idea de Putin desde sus inicios fue, como es, consolidar un poder central y reorganizar el esquema jurídico de todo el país a través de un mando vertical que puso en duda las conquistas democráticas después de la disolución de la URSS (Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas). Una de sus principales justificaciones era que los ricos, los oligarcas, debían concentrarse en los negocios y no interferir en la política, con el antecedente de que en la época de Yeltsin aquellos influían grandemente en las decisiones gubernamentales. 

Pareciera que sin Putin no hay Rusia, como en alguna ocasión lo expresó Vladimir Ostrovenko, su vicepresidente de gabinete. ¿Rusia es Putin o Putin es Rusia? Hay quienes afirman que las ventajas de Rusia no son los energéticos como el petróleo, el gas o el carbón que están sujetos al mercado, sino que el principal activo es Vladímir Putin. Su nombre es invocado como un mantra en una Rusia que se ha convertido en la sexta economía del mundo en términos de paridad del poder adquisitivo según el Banco Mundial (2018)

Un aspecto importante en el gobierno ruso actual es que Putin ha tomado el control de los medios de comunicación. Hoy por hoy, existen aproximadamente 3,000 emisoras de televisión en todo el país, aunque no cubren noticias políticas y en caso dado, son filtradas por el gobierno. El periodismo independiente quedó reducido a internet, lo cual no es decir poco pero tampoco mucho dado la naturaleza de control que se ejerce. Esto me lleva, con las debidas precauciones y distancias del caso, a Joseph Goebbles, político alemán, ministro de propaganda del Tercer Reich quien utilizó esta como herramienta de promoción de su partido primero y una vez en el poder hizo suya la supervisión y control de los medios de comunicación como la radio, el cine y la prensa. Goebbles solía utilizar discurso incendiarios y violentos acorde a las ideas políticas de Hitler.

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No afirmo que haya una similitud entre ambos gobiernos, porque no la hay definitivamente. Incluso se ha visto afectada su relación con Polonia cuando en un discurso describió al embajador de aquel lugar en la Alemania nazi como “escoria y cerdo antisemita”. A lo que me refiero es al control de los medios de comunicación como herramienta efectiva para mover masas en la dirección que mejor acomode al gobierno en turno. Existe un documental de la BBC que aborda con precisión historias sobre cómo las grandes empresas y negocios de los oligarcas fueron pasados a la administración de hombres de confianza de Putin. Si sumamos el control de la información más la forma en que se realizó esta acción de control, el resultado fue que su popularidad subió como la espuma pese a actuaciones dudosamente democráticas.

Lo anterior como antecedente a que tras una propuesta presentada en la Duma (denominada así a la Asamblea Representativa de aquel lugar, que es en sí la cámara baja del parlamento) permitiría que en las elecciones presidenciales de 2024 no cuenten como limitación dos períodos consecutivos de mandato anteriores. Esto se traduce en que reinicia a cero la cantidad de veces que ha estado en el poder, pero esta vez con mayores facultades constitucionales, de las cuales ya se ha encargado. La votación vía plebiscito que sería el 22 de abril, se ha tenido que suspender. Pero nada lo detendrá en su decisión de gobernar hasta el 2036, cuando tenga 83 años. Es cuestión de tiempo.

Analizando algunos números, en la era Putin se ha reducido la pobreza. En 1992, un 35% de rusos eran pobres. Para 2016 el porcentaje bajó a 15%, incluso con la estancada de salarios que se generó en 2012. En el país, la red social más popular es VK ( VKontakte) con 90 millones de usuarios en tanto que Facebook cuenta con 20 millones. Uno de los principales problemas del país es la tasa de natalidad que ha disminuido a grado tal de convertirse en un problema, pero el gasto militar ha aumentado perceptiblemente

Pero hasta el mejor plan se puede caer pese a un grueso expediente de evaluación de riesgos. Esta pandemia del COVID-19 vino a modificar un tanto los planes de este hombre de roble y acero. 

La rápida propagación de virus, la dramática caída del petróleo aunado a la caída de la moneda rusa (rublo) ha puesto freno a sus intenciones, por lo pronto. En la agenda gubernamental se contemplaba para el 2 de mayo un deslumbrante desfile militar para conmemorar el 75 aniversario del Día de la Victoria rusa sobre la Alemania nazi, en la cual Putin habría de pronunciar un grandilocuente discurso. Las cosas han cambiado, que no cancelado.

Putin se ha visto obligado a dar un giro a su discurso con  el prioritario tema del COVID-19 en el que tampoco se encuentra en un lecho de rosas al igual que los demás jefes de Estado y de gobierno del mundo,  aunque ha presumido en ser uno de los primeros países en cerrar fronteras y endurecer medidas. Se sabe que se utilizan misiles de cámaras de video vigilancia con reconocimiento facial para atrapar a quienes violenten las reglas, se ordenaron redadas en espacios como hoteles, restaurantes, albergues, etcétera, donde se pudiera detectar personas procedentes de China para que se auto aislaran. Se utilizan métodos de geolocalización de infectados y se imponen multas y/o penas de cárcel, solo por mencionar algunas medidas. Se han cerrado cafés, restaurantes y tiendas. Medidas fuertes para problemas fuertes, aunque no son pocos los que piensan que lo que más preocupa a Putin es su permanencia en el poder más allá del 2024 y que está aprovechado la ocasión para reforzar una democracia vigilada;  lo cierto es que es un hombre temido y para el caso de esta pandemia, aquí sí que cayó como anillo al dedo. La obligación ciudadana es cumplir so penas mayores a sabiendas de que se harán efectivas tales.

Los más recientes datos indican que en Rusia existen 6,343 casos confirmados, 47 decesos y recuperados 406. En activo quedan 5890.

Hace poco, el mundo vio con asombro cómo este presidente ingresó a un hospital para visitar a un paciente que presuntamente había contraído el virus, pero en realidad dio negativo a la prueba. Acaba de  anunciar mayores medidas restrictivas como la suspensión de vuelos internacionales y cierre de tiendas en Moscú. Se percibe pues como una mezcla entre sostener su proyecto político, atender la problemática de la pandemia, posicionarse entre el electorado y aprovechar el momento para consolidar su imagen en el concierto mundial.

Y lo logrará. Es Vladimír Putin.