Cosas de Reyna

¿Amnistía o recursos del crimen? Un problema, dos caras



Cuando Andrés Manuel López Obrador, hoy pre candidato de MORENA a la presidencia de la república, declaró que estaba analizando el otorgar amnistía a líderes de cárteles[1] una enorme avalancha de críticas se le vino encima. Muy pocos tomaron nota de su declaración a renglón seguido  de utilizar este medio jurídico como vía para pacificar a una nación que está siendo golpeada por los cárteles. 

Copio una parte de sus palabras textuales:  " Si es necesario...vamos a convocar a un diálogo para que se otorgue amnistía, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas, los familiares de las víctimas.  No descartamos el perdón... Yo sí creo que no hay que olvidar, pero si se debe perdonar, si está de por medio la paz y la tranquilidad de todo el pueblo".

La  posible propuesta de López Obrador implica en palabras llanas la posibilidad de olvido legal por la comisión de ciertos delitos en cierto tiempo y lugar.  

El antecedente más cercano es la Ley de Amnistía que promulgó Carlos Salinas de Gortari el 22 de enero de 1994[2] otorgada en favor de todas las personas en contra de quienes se haya ejercitado o pudiere ejercitarse acción penal ante los tribunales del orden federal por los delitos cometidos por hechos de violencia o que estén relacionados suscitados e municipios de Chiapas del día primero de enero de 1994 al 20 de ese mismo mes y año, a las quince horas. Para la ejecución de la ley se previno la creación de una Comisión Coordinadora.

La indicada ley condiciona la amnistía a la entrega de rehenes y de todo tipo de armas, explosivos, instrumentos u otros objetos empleados en la realización de los delitos; extingue las acciones penales y las sanciones impuestas por los delitos que comprende pero deja subsistente la responsabilidad civil y a salvo los derechos de quienes puedan exigirla.

El caso Chiapas en 1994 fue conocido como levantamiento zapatista, una rebelión que duró doce días y que fue abanderado por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Se demandaba tierra, trabajo, vivienda, justicia, paz, asistencia sanitaria.

La Ley de Amnistía, como es de verse, atacó las consecuencias pero no las causas. Chiapas sigue siendo una de las entidades más pobres de México con un rezago económico visible en los 118 municipios.  En el caso que plantea López Obrador quedan muchas preguntas por responder. ¿La amnistía sería solo para quienes trafican? ¿Y si han participado en otros delitos? 
¿Que pasa con las miles de víctimas inocentes?

José Antonio Meade sorprendentemente plantea ir por los recursos del crimen organizado[3]  centrando la inteligencia gubernamental bajo esquemas de modificación y actualización de las instituciones. A pregunta expresa respondió que a juzgar por las cifras oficiales está probado que en mas de una década no ha dado resultados positivos el uso de la estrategia de combate frontal a la delincuencia y al narcotráfico.

Una declaración y postura ciertamente inusual. Recordé el bestseller de Tom Wainweight, Narconomics, cómo administrar un cártel de drogas (Random House, 2016), a partir de un amplio estudio de estrategias de corporaciones como Coca-Cola, McDonalds y Walmart. El libro distribuido en 10 capítulos aborda temas desde la cadena de suministro de la cocaína, la competencia, relaciones públicas, las franquicias, innovación y diversificación, con la sugerencia de que sean los economistas los que ejerzan actividad de policía en la materia porque de lo que se trata es pegarle a un negocio altamente especializado. Y pegarle al dinero es pegarle al capital conque operan.

De una singular forma plantea que el combate al narcotráfico no debe ser a partir de la oferta sino de la demanda. Wainweight ejemplifica indicando que de existir una política que logre disuadir a las personas de consumir drogas acompañado con opciones de mejores instalaciones recreativas para los adolescentes, rehabilitación para los adictos, etcétera, la demanda baja y por tanto la oferta baja. Si cae el consumo, caen los precios con la consecuente reducción en el mercado criminal.   Al contrario, al atacar el suministro se elevan los precios y tiende a reducirse el consumo, pero la ganancia de los criminales sigue igual porque los costos al consumidor se elevan.   Atacar la demanda implica reducir ambos.

Algunos afirman que la amnistía que propone López Obrador representa en el fondo una política de  denegación de justicia.  Tal vez así sea, pero es de reconocer también que han habido amnistías de facto y a esas los ciudadanos les tenemos mayor reserva por la impunidad que conllevan.  Léase casos de ex gobernadores, ex funcionarios públicos que andan campantes por la vida. Si vamos a escandalizarnos, que sea con congruencia.

Tanto la amnistía como el choque frontal a las finanzas del crimen organizado requieren concienzudos análisis más allá del discurso o de las buenas intenciones.

Dos posturas que vale la pena analizar a la luz de lo jurídico y de lo social. 







[1] http://www.animalpolitico.com/2017/12/amlo-obrador-amnistia-carteles-narco/
[2] http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/19.pdf
[3]https://www.eleconomista.com.mx/politica/Meade-plantea-ir-contra-recursos-del-crimen-20171221-0002.html