Cosas de Reyna

Cárteles y sicarios

¿Quién dijo que los mexicanos no sabemos trabajar organizadamente?
Resulta que según un estudio del Departamento de Estado y de Justicia estadounidense, concluye que los cárteles del narcotráfico en México escalaron a la quinta posición del ranking de los grupos criminales del mundo.

¿Que como lograron esto? Profesionalizando a sus sicarios e integrándolos a su jerarquía. Estableciendo manuales de operación, líneas de mando, creando estructuras internas y externas penetrando en círculos políticos, sociales y policiales para crear una amplia red de comunicación y ejecución de planes y proyectos. Tienen visión de futuro porque lejos de ser abatidos por los diversos enfrentamientos y depresiones del mercado derivado de algunas acciones de gobierno donde les retienen la materia (droga, droga y más droga) han logrado posicionarse y pasar a ser traficantes de alta envergadura. Por ejemplo, en el año 2000 solo traficaban el 55% de la cocaína que ingresa a Estados Unidos. A diez años de distancia, envía más del 90%, desplazando incluso a los colombianos. Además, se han infiltrado más en áreas locales (llámese municipios) estableciendo una infraestructura criminal que los vecinos y habitantes de cualquier municipio lo sabemos: narcomenudeo, armas, prostitución, secuestro, extorsión, piratería, contrabando, etcétera.

Cuando leía esos informes, recordaba las clases que tomé mientras cursaba la maestría en administración donde los profesores nos hablaban sobre jerarquías, manuales de operación, productividad, estructuras, visión de futuro, planeación, y otros tantos conceptos. A medida que leía sobre el narcotráfico en México, bailaban en mi recuerdo las clases recibidas de desarrollo organizacional, mercadotecnia, producción y estrategias corporativas. Pensé lo que muchos: como cualquier negocio, el narcotráfico le ha apostado al fortalecimiento de sus estructuras, a la inteligencia estratégica, financiera y operacional. Cuentan con plan A y si falla, está el B, o el C… ¿Qué negocio puede caer o desaparecer cuando se blinda de esta manera?

Por el otro lado, tenemos al gobierno (suponiendo que sea en efecto el otro lado). Un gobierno que se encuentra debilitado, inseguro, dando pasos a ciegas, con una jerarquía endeble, cero productividad, con una planeación nacida en escritorios de funcionarios que no han arrastrado el lápiz en la vida cotidiana como lo hacemos los simples mortales. Un gobierno cuyo sistema político se encuentra dividido, peleándose los unos con los otros (me refiero al mismo lado todavía). Así, cualquier acción que se estime importante, como es la detención de tal o cual delincuente por mayor que sea, seguirá cayendo en saco roto, pese al escándalo mediático que de ello se hace.

No se puede atacar organizaciones bien estructuradas con otras que no lo son. No se puede tener efectos contundentes ni avances significativos cuando las estructuras humanas están podridas desde adentro. Imposible.

Por ello, los presuntos golpes al narcotráfico resultan con mucho, simples toquecitos de hombros.

Es cierto que al crimen organizado no se le puede desaparecer de la faz de la tierra. Pero se le puede contener. Esto sucederá cuando el país se fortalezca internamente lo cual veo remoto: Si existe una estructura compleja y difícil es la de la administración pública. Ahí, donde se ejecutan las leyes y se integran las averiguaciones previas mediante la institución del ministerio público. Ahí donde están las aduanas y las vías de comunicación terrestres, aéreas y marítimas. Ahí donde se encuentran los altos funcionarios que extienden permisos, licencias y autorizaciones. Ahí donde la corrupción es boleto de lotería. En esos lugares Calderón no tiene precisamente a la gente más capaz. Comete el error de colocar amigos e ineptos. ¿O por ineptos son sus amigos?

¿En que han derivado las -calificadas por el propio gobierno como- exitosas acciones contra el narcotráfico? Han caído jefes policiacos, presidentes municipales, diputados, funcionarios y otro tanto pero no hemos visto ni se menciona en que impactó. ¿Acaso hubo menos droga circulando? No. ¿menos consumidores? ¿menos daño? No. Simplemente se saca a circulación la habida en el plan b. El éxito del narcotráfico radica en inteligencia más que en burdos planes de forajidos.

Sí, los mexicanos somos muy capaces de trabajar en equipo. En establecer estrategias y tácticas adecuadas para conseguir resultados. Solo que esa capacidad se está puliendo en el lado de los malos. Debiendo ser el país desarrollado que la naturaleza y nuestro pasado se empeñaron en darnos, somos tristemente reconocidos a nivel mundial por ser el nuevo colombia, así con minúsculas por la vergüenza que provoca.

El gobierno debe asumir la parte que le corresponde y actuar en consecuencia. Mas de seis millones de jóvenes no tienen acceso a la educación preparatoria y/o universidad. Tampoco tienen donde emplearse dignamente. Su “mejor” opción es integrarse a alguna red de delincuencia. La fuerza de trabajo de los grandes capos está cubierta. Si alguno de aquellos cae, se suple prontamente. La rotación de empleados no constituye problema.

Ni el Plan México mediante el cual EEUU aportaría mas de 500 millones de dólares anuales o la Iniciativa Mérida que resulta ser el proyecto internacional de EE con México y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado ni ningún otro plan semejante habrá de tener significativo éxito en tanto no se eche a andar un plan nacional de rescate a las Instituciones que han sido tomadas por el peor de los cárteles y sicarios de la democracia disfrazados de paladines justicieros de los municipios y los estados.

Gobernantes negligentes, grises, volátiles de pensamiento, oscuros en sus actuares. Los que prefieren callar y posar para la foto porque solo asi les resulta fácil no comprometerse: Hablar les produce terror porque no hilan ni dos palabras con sentido. Gobernantes cuyos sicarios son llamados secretarios, directores, jefes y ayudantes. O diputados y senadores. Las narcomantas son, traducidas al lenguaje oficial, las reformas fiscales y los asesinatos son tantas y tantas esperanzas rotas de miles de familias que han truncado sus aspiraciones de empleo y vida digna. Las muertas de Cd. Juarez siguen esperando. Los 49 niños de la guardería ABC también. Y otros, y otros y otras. Tan criminal es el que asesina con droga como el que mata con negligencia y corrupción la dignidad de las personas y de las comunidades.

A este cártel oficializado y sus sicarios no se les combate con balas ni con acciones: Se combate con el señalamiento diario, preciso y contundente de las acciones de gobierno que no se cumplen o que no se realizan, se combate con crítica positiva: la que propone, sugiere y actúa; se ataca con el cumplimiento del deber ciudadano que nace en la reflexión y se traduce en el voto razonado en épocas electorales. No perdamos la memoria colectiva.

Hagamos del 2010 el año de los ciudadanos y enarbolemos la bandera del deber cívico exigiendo puntualmente cuentas a las autoridades: Resultados debe de ser la medida.
No fotos ni poses ni planecitos de oropel.
Mi árbol de navidad.

Leo, leo y leo. Estoy literalmente tirada en mi sillón favorito, armada con laptop y taza de café recién hecho. Afuera un viento frio que, como se describe en las novelas, cala hasta los huesos. A pesar de que está el escenario completo para que mi inspiración se desborde, no sucede nada. Las notas de prensa solo refieren muertes. Ahora no deseo hablar de muertes porque el tema no tiene fin en tanto no se quiera al menos, poner un alto. En concreto en Sonora. No se les ve esas ganas a las autoridades. El reclamo social es al final, un grito al viento. Quiero ignorar también el tema de los diputados locales que pretenden que el Congreso del Estado les proporcione carro para realizar sus funciones. Con el mayor descaro afirman que al tal vehiculo se debe considerar herramienta de trabajo. Reyna desespera. Contesto una llamada telefónica. Chateo con un amigo en el MSN. Dormito, me levanto, vuelvo al mullido sillón. Tal vez si salgo a la calle, o a alguna reunión… no, no. Prefiero continuar escuchando este silencio solo interrumpido por el compás del tic tac del reloj que a la vez, me invita a pensar.

El viernes pasado que salimos de trabajar e ingresamos a este período de asueto, suspiré profundamente: ¡Por fin las anheladas vacaciones de diciembre! Esta época del año es especial para mi desde siempre. El ritual de ir a escoger el árbol de navidad, buscar los adornos, esferitas y luces del año pasado en cajas que sabrá Dios donde acomodé en enero, se convierte en algo que disfruto. Al desempacar, encuentro ornamentos navideños rotos, luces que no encienden y detalles que se han lastimado. Por fortuna, los mas son los que se encuentran en perfecto estado. En el balance, cuelgan del pino adornos del año pasado y los recién adquiridos: luce distinto, lleno de vida hogareña.
Quizá sea por eso que en diciembre por las noches me gusta saborear una copa de vino junto al árbol: Contemplo sus destellos, su mezcla de colores y de adornos. Algunos se aprecian a simple vista y otros se esconden entre las agujas verdes del pino. Encuentro esferas sobrevivientes que en enero pasado creí que no soportarían once meses en las cajas. Pero lo hicieron. A diferencia, encontré echas pedazos aquellas a las que hubiera apostado que durarían muchos años.

Al ir hilvanando estos pensamientos, asumo que tal vez asi sea la historia de vida de las personas: En los saldos anuales que se estila hacer en esta época, encontramos situaciones que nos dañaron pero otras que nos hicieron crecer. A veces nos cansamos y ante algun desazón nos rebelamos y preguntamos ¿¡para que tanto crecimiento caramba!? Algunos hechos mas habrá que simplemente por intrascendentes olvidamos pero que de cualquier manera sucedieron y en ello estriba su valor. Situaciones nuevas tendremos y eventos distintos viviremos. El acontecer cotidano termina siendo al final del año representado en las esferas, luces y adornos que agregamos a nuestro árbol.

Por eso me gusta contemplar el árbol de navidad de mi hogar: Cada detalle lo asimilo a los momentos que he tenido el privilegio de vivir al lado de personas que estimo y con quienes he compartido gratísimas veladas. Mi memoria no guarda recuerdos negativos. Lo que haya pasado mal, se remite al archivo nombrado experiencias. Solo como antecedente y para que no se repita. No abordaré aqui el tema sobre la fragilidad humana. En fin. Tengo por fortuna eso sí, el privilegio de saber reir hasta de mi misma y lo disfruto. No ha habido nada que no solucione una buena carcajada con alguna amigo/amiga. Los amigos son pilares fundamentales para no perder la cordura en ciertas circunstancias.

Mi árbol está cargado de pasajes de vida y de aconteceres mejores. Está lleno de luces y alguna que otra sombra.
En una de estas noches de diciembre, cuando saboreaba mi copa de vino tinto, caí en cuenta que las escasas sombras de mi árbol hacen mas brillantes los destellos que hay al lado. Hay muchísimas risas bordadas de lentejuelas. En la parte más alta del pino, destaca la estrella de belén. Ahí está representada la familia, la que da rumbo, orienta y une en torno a ella.

Por todo lo anterior, deseo que del árbol de cada uno de los lectores que han tenido la amabilidad de leer este blog, cuelguen las esferas mas brillantes y las luces mas refulgentes. Que posea la estrella más iluminada y sobre todo, que tenga ornamentos nuevos que brinden a sus existencias aconteceres mejores.

Con afecto,
Reyna.
Luces y sombras.

Y llegó el 10 de diciembre, fecha en la que el Gobernador Padrés dijo que habría interesantes novedades respecto al caso de la Guardería ABC. Ávidamente busqué la noticia prometida: tal vez novedades sobre el seguimiento judicial del expediente o avances significativos en deslindar responsabilidades. Promesas de campaña que se tradujeran en realidad: Nombres y apellidos de responsables verdaderos. ¡Algo! Nada de eso.

En resumen, las flamantes noticias se tradujeron en constituir un fideicomiso de 125 millones de pesos para ayudar a todas las familias afectadas por el incendio, sean los que perdieron a sus hijos como a los que tienen lesiones. Fueron ocho los acuerdos tomados por el IMSS con padres de los niños afectados: En ninguno de ellos se advierte el compromiso de llegar al fondo y por ende a los responsables directos de aquella tragedia.

Sigo buscando noticias… tal vez en algún medio de comunicación se publique algo que nos brinde credibilidad o un poco de confianza. Tampoco.

Encuentro sí, que el director general del IMSS participó junto con Padrés en rueda de prensa. Este último hizo referencia a la creación de una fiscalía especial para “poder darle seguimiento a los temas de orden federal y de orden estatal”. Demasiado tibios ambos funcionarios al responder a preguntas claves. En opinión personal, la dichosa rueda de prensa y nada es lo mismo. O tal vez peor, viéndolo bien. Sí, peor porque el realizar aquella es pensar que hay novedades interesantes como se anunció. ¿O creerá ingenuamente el gobernador que eso de la fiscalía especial lo vamos a aplaudir?

Fiscalías especiales ¿Cómo para que sirven? Ah sí, si claro: ya veo toda una estructura administrativa (jefes de todo y hacedores de nada) que nos va a costar muy cara mantener y cuyos resultados dejarán mucho que desear. Esa ha sido la historia de las fiscalías especiales. Malhaya el momento que algún triquiñuelo funcionario tuvo la procaz idea de desafanarse de la responsabilidad que implica rendir cuentas, inventando las fiscalías especiales para hacer de ellas el circo que montan a los ciudadanos. Hay que entretener al pueblo, faltaba más.

No cabe duda que el gobierno de Sonora está más interesado en, dicen “crear una imagen innovadora para el Estado”. Así se lee en las noticias del lunes 14 de diciembre. Y ahí sí explicitan en más de media costosísima plana las razones para cambiar la imagen tradicional y fotografiar al gobernador de pie, no sentado. ¡Dios mío! No puedo creer lo que estoy leyendo y sin embargo sigo… Tal vez mas adelante encuentre algo que justifique tanta barbaridad. ¿Acaso habrá razones? No. No. A detalle, el fotógrafo narra punto por punto los argumentos de la famosa nueva imagen: con la postura de pié para indicar que sigue adelante, que va mas allá; que si frente al escritorio, que si detrás de su hombro izquierdo la bandera de México, ¡ah! Y a la derecha la bandera de Sonora. Que si resaltando lo humano, lo sensible del señor.
También la “imagen” refiere el fotógrafo, debe indicar un nacimiento, un nuevo Sonora.

Importantísimo que se visualizen bien las 6 estrellas con los valores del Gobierno del Estado: humano, sensible, ciudadano, democrático, institucional y equitativo.

Por supuesto que la fotografía de marras será distribuida en todas las dependencias gubernamentales y de los municipios.

No dudo del profesionalismo del fotógrafo, quien fue escogido previa convocatoria y cuyo trabajo se dice que tuvo un costo para el erario de $80,000.00. Sus razones de luces y sombras tendrá para realizar la obra para la que fue contratado.

Lo que jamás voy a entender es que cómo es posible que el gobierno piense que una imagen se define a través de una fotografía. No señor. Eso déjelo a los artistas y a la farándula. En cuestión de servicio público una imagen se construye a partir del trabajo, de la responsabilidad, del cumplimiento de compromisos, de la dedicación, de la sensibilidad social traducida en hechos.

Si el caso de la guardería ABC se hubiera tratado con tanto detalle como el fotógrafo lo hizo respecto a la fotografía en cuestión, tal vez tuviéramos mejor ánimo con relación a algún avance que hubiera en el caso. Si los padres de familia de aquellos 49 niños hubieran recibido algo mas que fideicomisos y otro cúmulo de promesas.

Por eso no dudo en decir que, junto a las famosas 6 estrellas que tanto alardea el gobierno, veo y seguiré viendo 49 cruces hasta en tanto no se resuelva como corresponde: con justicia.

Por lo mismo, no me queda duda que la fotografía que supuestamente se traduce en “una imagen innovadora” es y será solo de sombras. Las luces no se ven por ninguna parte.


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49 Voces.


Logra CRIT Sonora. Que bueno y que bien por tantos niños que requieren atención especial. Que bien por las mamás y los papás que estarán ya viviendo las bondades de contar con un servicio donde sus hijos serán atendidos adecuada y oportunamente.


No quiero ser aguafiestas en esta alegría que a todos nos invade pero no dejo de pensar en los 49 niños que aun no alcanzan ni por asomo justicia.


¿Por qué somos tan dados a no cerrar círculos? Dejamos tantas cosas a medio hacer, a veces por negligencia, otras por desidia y otras mas pensando en que pronto se olvidará el asunto. Y que siga la yunta andando. No se vale.


Por eso repetiré cuantas veces sea necesario, en voz unida a tantas personas: ¿Qué ha pasado con el caso de la guardería ABC?


En aquella efervescencia política en Sonora, la tragedia de los niños que murieron quemados en la guardería ABC era el tema central de cualquier reunión: Políticos se desgarraban las vestiduras exigiendo pronta justicia. “Caiga quien caiga” decían. Tapizaron el Estado con volantes donde señalaban culpables con índice de fuego. Es muy fácil señalar y descalificar. No se iba a desaprovechar la ocasión, caramba. ¿Dónde encontrar mejor campaña política, de bajo costo y alto rendimiento? Ahí, claro, en la tragedia que sigue doliendo.


El problema no es que hayan exigido justicia: el problema es que utilizaron aquellos lamentables hechos para beneficios mezquinos, torcidos y perversos: ganar a como diera lugar. Burlando todo protocolo de decencia y de valores. Aprovechar la ocasión era la consigna.


Ahora no escuchamos las voces de esos políticos que al borde de las lágrimas casi, encabezaban reuniones y mítines. Han de estar ocupados gozando las mieles del poder. Y sí, estoy segura que hubo negligencia en muchos de los funcionarios de aquel tiempo. Estoy convencida que hubo un sinfín de irregularidades y faltas a la ley que permitieron de entrada, la existencia misma de la guardería frente a una gasolinera y de ahí para adelante otro tanto de anomalías. Tan segura como que a los gobernantes de ahora no se les ve muchas ganas de abordar el asunto. Pareciera que hasta les molesta. Es el prietito en el arroz, pues.


¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Qué no fue Padrés el que dijo que entrando a la gubernatura se iba a dedicar de lleno al asunto? ¿Dónde quedaron los compromisos hechos con el corazón en la mano? Recien acaba de declarar el gobernador que “el 10 de diciembre habrá novedades interesantes”. Vergüenza le debería de dar hacer ese tipo de aseveraciones. Señor Gobernador: No es novela. Son hechos de la vida real que todavía sentimos y vivimos. Demuestre al menos, respeto a las 49 familias que siguen sufriendo.


Con todo y las bondades que un CRIT en Sonora pueda y de seguro traerá a tantísimos niños, yo sigo pensando y oyendo 49 voces clamando justicia. En tanto no se aclaren los hechos y se aplique justicia, castigando a quienes se debe y no a quienes se quiera, solo para cumplir con el requisito, no habrá obra alguna que alcance a tapar las negligencias de ayer y de ahora.


49 razones lo impiden.


Amistades por siempre.

La semana pasada fue particularmente importante por varias razones.
Una de las más destacables es el haberme reencontrado con mi mejor amiga de la época universitaria. Fue a través de una muy conocida red social como nos volvimos a contactar y para mí ha sido tan satisfactorio como estimo que lo fue para ella.

Al día siguiente de habernos comunicado por escrito, estábamos ya colgadas materialmente del teléfono, tratando de alguna manera de actualizarnos a grandes rasgos y en todas las materias: familia, trabajo, amores, etcétera. Me dio mucho gusto darme cuenta que sigue siendo la persona sencilla, amable e inteligente que conocí.

Al colgar, vino a mi mente una serie de anécdotas que vivimos como universitarias como aquella vez que fuimos al cine en compañía de un amiguísimo de ambas y metimos de contrabando en nuestras mochilas algunas bebidas que no eran precisamente ni refrescos, ni limonada, ni té. O aquel dia que cerramos el aula e impedimos el paso a los maestros porque el aire acondicionado del lugar no funcionaba por días. O las ocasiones en que nos íbamos en su vocho amarillo o en el mío que también era otro vocho aunque bastante destartalado por cierto.

Segura estoy que ha de recordar perfectamente aquel examen que ambas presentamos injustamente por mero capricho de un profesor de ese tiempo y que por fortuna dejó de impartir clases hace muchos años.

Es clásica la historia de la limonada cuando bajo un terrible y agobiante calor, mi amiga acudió a clase con tremenda jarra y a todos repartió generosamente en vasitos. Incluso se quedó ella sin tomar un sorbo, cosa que nos extrañó. Al día siguiente se presentó con la misma jarra de riquísima limonada, solo que ahora tenía precio el líquido y con cubos de hielo, aumentaba costo. Huelga decir que pagamos sin chistar. Nos había atrapado con la exquisitez de la limonada anterior. A la distancia veo su actuar como una incipiente incursión en el mundo empresarial, donde ahora se desempeña. Seguro es que lo hace muy bien.

Las dos compartimos la experiencia de ser mamás-estudiantes, tarea nada fácil pero que de alguna manera supimos sacar adelante apoyadas por las respectivas familias. Hoy por hoy, las hijas de las dos son estudiantes universitarias y tanto ella como yo, estamos desarrollándonos de la mejor manera que nos es posible.

La universidad es un espacio que marca y deja huellas indelebles en la vida de los que pasamos por el Alma Mater. Además de ser un sitio académico, es el lugar donde se establecen y fomentan amistades que duran toda la vida a pesar de que por razones de diversa índole, nos perdamos de vista por meses o incluso años. Cuando se tiene la fortuna de contar con amistades tan fuertes como la de ella o la del mutuo amigo que las dos tenemos, no queda más que decir ¡Que bueno que así fue! Que bien que fueron precisamente estos amigos los que estuvieron a mi lado cuando era justamente necesario tener esos pilares como apoyo y que suceda lo que suceda, estarán ahí por siempre, al igual que estoy para ellos, y lo saben.

Recordar la universidad va implícito con las amistades: con las amigas y amigos que se forman en las aulas durante esos años y que cada vez que se encuentran, constatan que siguen siendo las mismas.

Para el final

Sonora está en una situación lamentable y deplorable en seguridad pública. Lo peor es que nos estamos acostumbrando –si no es que ya- a esa violencia, a los crímenes, a las desapariciones de personas, a los ejecutados, etcétera. ¿Qué tiene que pasar para que volvamos a ser el Sonora de antes? No es con discursos ni con frases que suenen bonito como saldremos de este bache de inseguridad e intranquilidad social. Tampoco será con patrullas nuevas ni con distintos modelitos y colores de uniformes de quienes forman las corporaciones policiacas. Se percibe una desarticulación entre federación-estado-municipio, que acaso deriva de la desorganización y falta de rumbo en estrategias conjuntas, suponiendo que las tengan.

Los índices de delincuencia solo sirven como ilustraciones baratas de lo que la autoridad nos quiere vender.

Peligrosamente estamos “justificando” muchas muertes bajo el argumento de que “andaban en malos pasos”, como si fuera suficiente para no investigar al menos los delitos. Es más, ni siquiera nos molestamos en saber si es cierto o no. Las páginas principales de los distintos diarios locales y estatales cubren la nota roja que antaño tenía un lugar en interiores. ¿Será que es mas vendible o es lo más frecuente como noticia?

No necesitamos nuevas leyes ni reformas de leyes: Requerimos que se aplique y se ejecuten las normas con el rigor que se debe, no con el que se quiera o se dice tener. El tema de seguridad pública debe salir del discurso y ubicarse ya, en la realidad social.

Jean-Jacques Rousseau decía que el gobierno se originó con el propósito de encontrar una forma de asociación que defendiera y protegiera a las personas y la propiedad de cada uno, con la fuerza común de todos.

Le faltó agregar que para ello era necesario que existieran líderes competentes y comprometidos como tales, sin que esto signifique que sean los únicos responsables. ¡Ah pero como cuenta y hace la diferencia!
No soy feminista.

No soy feminista, jamás lo he sido. Espero también que nunca tenga esta absurda por cuanto irracional postura. No me gusta ni me satisface. El término feminista está lleno de connotaciones tales como mujer ruda, inflexible, de ciega competencia con los hombres, y lo más aunque indebidamente conceptuado: lesbiana, cosa que con el respeto a quien tenga esta preferencia sexual, difiero en absoluto. ¡Los hombres siempre serán los hombres, y en síntesis, son insustituibles! A veces quisiéramos matarlos y como les he dicho a mis amigas abogadas: en caso de que algún día lo intente, abogar por mí les será fácil basándose en que fue en defensa de mi persona como causa excluyente de delito. Anuncio mi liberación inmediata desde ahora.

Bromas aparte, no abordaré el tema en términos de realización de mujer/hombre, atención a la familia, sacrificio personal por los hijos, y ese largo etcétera que precede a esto. No. Hay kilómetros de tinta y papel sobre el tema. Hagamos esto más fácil: Hablemos de mujeres y hombres. De los dos y sin revolver, que no es mezcolanza.

Mujeres. Tengo la fortuna de contar con amigas que se desempeñan en distintos ámbitos laborales/profesionales y no deja nunca de llamar mi atención la forma en que se organizan para conducir su vida y la de sus familias de la mejor manera posible. Ni que decir de mi madre, que es maestra de primaria y es un claro ejemplo de cómo ajustarse a lo que la vida le ha dado y salir adelante en la tarea, que por cierto es admirable la forma en que lo hizo. Estoy segura que cada familia tiene sus propias historias de esfuerzo, de trabajo y de ejemplos a seguir: madres, amigas, hermanas, vecinas.

A veces nos perdemos en la cotidianeidad. Por lo mismo no nos percatamos de las vivencias que cada una de ellas tiene y carga y que resultan determinantes en sus comportamientos actuales. Lo que distingue a unas mujeres y a otras es el garbo, la dignidad y el grado de madurez que asumen en la conducción de su vida: con ello se ganan una medida de respeto colectivo y en la mayor parte de las veces, callado reconocimiento por la tarea que realizan. A lo mejor deberíamos ser más expresivas y decir cuánto las admiramos. Cuando convivo con mis compañeras de trabajo o con la simpática chica que me arregla las uñas, con la funcionaria pública, con mi excelente estilista, con la despachadora de gasolina o bien con la señora que atiende un negocio, todas tienen un sentido y una dirección en sus quehaceres. Se organizan meticulosamente para ir por sus hijos a la escuela, atender su negocio y cumplir sus compromisos. Son grandes administradoras. Innumerables ocasiones hemos compartido tips, experiencias y preocupaciones domésticas referentes a la familia y el hogar. Es ley entre solteras que no nos falte el número telefónico del plomero, el electricista y el gasero. Impensable no contar con esos datos. Sin embargo no nos extraviamos para solucionar un desperfecto en el lavabo, con alguna lámpara o en el jardín. Sabemos usar la llave stilson, distinguimos entre desarmador estrella y de paleta. Equipo indispensable para todas: martillo, pinzas y cinta adhesiva negra. Total, en última instancia hablamos al plomero o electricista para que nos auxilie. Llegan y con paciencia nos preguntan primero que fue lo que hicimos. Damos detalladísimas explicaciones. Para cuando concluimos el reporte, ellos ya solucionaron el problema.

Con esto quiero decir que cada quien en lo suyo. Los hombres a lo suyo y nosotras a lo nuestro. Esto no es competencia, es asumir roles y cuando existe la fortuna de encontrarse (hombre y mujer), nace por así decirlo una tercera persona que se llama pareja. Así se crea sinergia. Por eso al principio mencioné que no soy feminista. No me gusta competir con los hombres, me gusta que me traten por como soy: mujer, no contrincante de nada ni de nadie. No estoy dispuesta a renunciar jamás a la caballerosidad ni a sus gestos de cortesía: A que abran la puerta, cedan el paso, me brinden su mano para que me sostenga al bajar de un automóvil o bien abran una cerveza, entre otras tantos gestos de amabilidad que tienen. No es comodidad. También hay correspondencia a las atenciones. Es como una danza donde cada uno representa su papel para que el baile fluya con armonía y cadencia. ¿No es esto maravilloso? ¿Porqué renunciar? No tiene sentido.

Hombres. Cada vez que alguien comenta que tal trabajo o actividad se hizo mejor porque una mujer estuvo a cargo, en lo particular me inquieta y muchas veces causa molestia. No me parece correcta esta aseveración. No por restarle méritos a la mujer, que sin duda los tiene. ¿Pero acaso no es devaluar con ello a los hombres? ¿Que no es lo que hemos tratado de evitar las mujeres respecto a nuestro género? ¿Ahora será al revés? ¿Esto es "ganar" el eterno problema? ¿Acaso han disminuido las capacidades de ellos? ¿Será que se están volviendo irresponsables? ¿Están en algún estado de confort porque ya no son los que siempre están dirigiendo? Me resisto a pensar así. Tal vez sea porque mis apreciaciones son de igualdad: La diferencia será el grado de dedicación, capacidad, responsabilidad y actitud. Estos conceptos no tienen sexo de pertenencia.

Conozco muchos hombres que al igual que mis amigas mujeres están trabajando por sus logros profesionales y de familia. Los veo aplicarse día a día en sus tareas de hacer y construir. Conversar con ellos es distinto por cuanto que asumen con menos vehemencia los asuntos a como lo hacemos nosotras. ¿Eso es malo? No. Solo son formas distintas. Dis-tin-to no equivale a contrario. En alguna ocasión leí Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus. Aunque ese libro aborda ciertos puntos interesantes, al final no creo que pertenezcamos a planetas distintos. Esto es establecer distancia entre el uno y la otra y por ende, hacer irreconciliable el acercamiento, situación indispensable para conocerse, tratarse, buscar soluciones y asumirlas. Los hombres tienen sus propios códigos de comportamiento y me admira la forma en que los han elaborado al través del tiempo. Desde niños. Pero las mujeres también tenemos códigos. Desde niñas. ¿Acaso es problema esto? No. Al final, también cada pareja tiene sus propias normas. Así nos unimos. El asunto es respetar. No seremos menos mujeres ni menos hombres con esto. Entendimiento es la palabra adecuada.

Acaso los hombres no lloren al ver una película. No significa que no sientan.
Acaso los hombres no detallen los aconteceres del día. No significa que no quieran conversar.
Acaso los hombres no recuerden una fecha. No significa que no nos quieran. Aunque nos moleste.
Acaso los hombres vean futbol. No importa: se acabará a los 90 minutos. ¿O a los 120?

Amigas, no me vayan a crucificar: No se trata de defender a los hombres. Defender implica luchar y no es el caso. Los hombres no son mejores o peores que las mujeres. Igual jugamos el juego de la vida: Queremos y nos quieren. O nos olvidan y olvidamos. En el orden que sea. Nos desesperan y los desesperamos. Nos entendemos y desentendemos. Damos y recibimos amor, confianza, traición, desamor, llanto, alegrías. Lo que debe por necesidad ser aplicado por ambas partes es la lealtad. A pesar de lo que sea. De lo que sea. Sin compás.

Por fortuna, también somos capaces de ser amigos del alma. ¡Esto es tan agradable! La amistad entre hombre y mujer tiene connotaciones especiales. Me refiero a la amistad, amistad. No a la que termina siendo un romance. Desde luego, no estamos destinados precisamente a ser amigos. Estamos hechos para ser pareja. Las amistades hombre-mujer son como respiros conjuntos que damos ambos sexos para tranquilidad de los géneros, porque en ese espacio también aprendemos a conocernos a partir de las percepciones del otro, despojados de las poses o del quedar bien.

Entonces ¿Cuál ha sido el problema? Seguro es que en este blog no se descubrirá el hilo negro. La autora no es tan arriesgada no por desconocimiento, sino por temor a que me respondan con otros cientos de hilos. Tanto hombres como mujeres. Así que prefiero continuar descubriendo ese mundo. No queda otra cosa más que la práctica y convivencia a la que me sujeto con particular agrado.











Carmen Alicia por siempre

Apenas desperté el sábado y los recuerdos se agolparon en mi mente. Tal vez porque el día anterior caí en cuenta que hace ya 6 años tengo este hueco en el alma: Carmen Alicia Espinosa (con dos “eses” como a ella le gustaba) fue una gran mujer y mejor amiga, infinita, imperecedera.

La conocí hace muchos años por motivos de trabajo. Era simplemente impactante su personalidad. Físicamente parecía más cubana que mexicana. Escritora, periodista, artista de teatro y empresaria. Su hablar provocaba controversias. Los políticos o la adoraban o la odiaban pero jamás pasaba desapercibida para ninguno.

Platicar sobre política significaba todo un aprendizaje aunque aseguraba que no entendía nada de la materia y a sus entenderes aquella era sucia por definición pero había que aprender a convivir con ese mundo. En amores era sencillamente terrible: Ejercía tremenda fascinación en los hombres. Afirmaba que no poseía una belleza significativa pero si una actitud que hacía la diferencia. Muchas veces presencié ese hechizo que sabía manejar tan bien. Llegábamos a algún lugar y todas las personas volteaban a verla y saludarla. Siempre había algún caballero insistente en acompañarla. El halago era la constante. Creo que su inteligencia constituía un reto para los hombres que me tocó conocer como sus galanes. Agudeza que a otros espantaba, por supuesto. Era sagaz, refinada, alegre, espontánea.

Nuestra amistad nació con el trabajo y se fortaleció en el trato continuo. A pesar de la diferencia de edades pudimos conciliar la brecha generacional de una manera que a mi parecer ambas supimos manejar sin darnos cuenta: Le contaba mis vivencias y se encantaba en aconsejar. Por mi parte, le escuchaba relatos y pasajes de su vida presente y pasada los que matizaba con comentarios chuscos, ocurrentes y pícaros.
Las personas inteligentes saben reírse de sí mismos y lo disfrutan. Los torpes y tontos, se ofenden. A través de los años voy valorando más sus consejos y me doy cuenta con el paso de la vida, que en muchos aspectos tenía razón.

Carmen Alicia me decía que ella no era ejemplo de nada y que no aspiraba a ser recordada como una beata, situación por cierto distante. Aquí viene a mi memoria su risa e incluso la oigo: Prefiero ser recordada con escándalo, decía. Así era ella y estoy segura que si leyera esta columna, me reclamaría algunos renglones no por la demasía en el comentario, sino por la falta de exceso, aunque suene paradójico.

En el ejercicio de su profesión le fue otorgado el premio nacional de periodismo por un excelente trabajo que realizó en la Ciudad de México, donde para abordar el tema motivo de dicho reconocimiento, le fue necesario caracterizarse de mujer de la calle y meterse en las entrañas del bajo mundo. Ese día por la mañana su padre habló con ella por teléfono y sin más ni más le dijo que esa noche se iba de prostituta. Fueron necesarias una serie de explicaciones familiares para aclarar la situación. ¡Se deleitaba tanto al platicar este pasaje!

Cada vez que tenía estreno de alguna obra de teatro era yo invitada a su presentación y regularmente la acompañaba. En el escenario se desplazaba con tal naturalidad que en cierta ocasión que me preguntó que como consideraba que actuaba, le respondí que no actuaba, sino que simplemente subía al escenario y desarrollaba un papel el cual siempre era el idóneo para ella. Con esto le indicaba que era una artista natural, criterio que muchas de sus amistades compartíamos.

Se adentraba tanto en el personaje que en la vida cotidiana asumía conductas propias de él. ¿O el personaje entraba al mundo de Carmen Alicia? Ya no lo sé. La línea divisoria entre uno y otro se pierden.

Mi amiga Carmen Alicia tenía un detalle curioso: Era posible que durante semanas no nos comunicaramos y de repente sonaba el teléfono a altas horas de la madrugada solo para hacerme depositaria de alguna confidencia o preguntar que había pasado con tal o cual situación que le había platicado con anterioridad. Era lapidaria en las observaciones. Certera en el mensaje. Pero siempre dispuesta a escuchar.

Como las verdaderas amistades, estaba ahí cuando sabía que había que hacerlo o bien callaba cuando estimaba que así era conveniente. Era de esas invaluables amigas que igual podíamos hablar sobre determinado tema horas y horas o bien callar y no abordar el asunto. Según fuera el caso.

Carmen Alicia se fue apagando poco a poco, como las grandes estrellas. Una enfermedad terminal dolorosa la apresó. En ese tiempo, nuestras conversaciones telefónicas eran tan continuas como le permitía la salud. A pesar de su estado crítico, siempre me motivaba a que le platicara mis asuntos. A veces reía quedito y en otras con un hilo de voz daba el consejo o la observación. Nunca perdió su estilo.

Recuerdo la última ocasión que hablamos por teléfono. Su hija me dijo que Carmen Alicia pedía hablar conmigo pero que deseaba que no supiera que estaba ya muy mal. Habló de su vida, sus aciertos y errores. Recordamos su etapa de artista, de periodista, escritora y de empresaria, pero sobre todo hablamos de nuestra amistad. Depositó en mí grandes enseñanzas de vida aun cuando estaba ya al borde de la muerte. Su voz era un susurro y se despidió con optimismo, como si al día siguiente fuéramos a conversar de nuevo.

Carmen Alicia Espinosa se fue antes de tiempo. A pesar de los años que han pasado sigue haciendo falta la amiga y la confidente. Los huecos que dejan amigas como ella no se llenan con otra amiga: Con las grandes amistades no hay niveles ni lugares distintos en el corazón.

Hay espacios que cada una va llenando. Al menos así lo entiendo.



Anotar puntos o resolver problemas.

Recientemente el Presidente declaró que la población no necesita políticos que estén más interesados en anotar puntos que en resolver problemas; que en todo caso se requieren líderes que estén interesados en mover al país hacia delante. Bueno, esto fue en New Yersey y dicho para los estadounidenses por Barack Obama.

Quedé reflexionando el mensaje del Presidente Obama. Desde hace muchas columnas y otros tantos escritos en diversas publicaciones, he estado escribiendo sobre la falta de líderes en México. Líderes de a deveras, comprometidos con el cambio social, económico y político. Hoy por hoy, no advierto ninguno. Veo eso sí, pseudo políticos que se destrozan ahora en pandillas denominadas “bancada” y desde la simple óptica ciudadana, pareciera que la política se ha convertido en un juego perverso donde el que anota puntos corre a los medios de información para ventilar el logro alcanzado. Los líderes de barro y de papel son la constante. En honor a la verdad, hay alguno que otro apenas rescatable. Y seguimos buscando…

Ahora tenemos que pagar 16% de impuesto sobre la renta (por referirme a uno) y con ello se verá una cascada de alzas de espanto. Millones de familias mexicanas apenas subsisten con lo que ganan. ¿Estarán ahora saltando de gusto porque por fin les alcanzará la distribución de la riqueza como se ha afirmado?

No dudo que los aumentos en los impuestos, particularmente al IVA sean una exigencia del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para garantizar futuros empréstitos, pero ¿eso justifica el lacerar aun más la economía de los mexicanos? ¿Cómo entender esos aumentos si por otra parte tenemos gobernantes que perciben cifras insultantes de sueldos? ¿Cómo asimilar que los simples mortales habremos de pagar más impuestos con un menor sueldo cuando existen magistrados, diputados, senadores, gobernadores, presidentes municipales etcétera que han tomado esos cargos como botín político-económico? Muchos de ellos sin recato alguno se han dedicado a festinar sus triunfos y como los nuevos ricos, lo primero que hicieron es ir al extranjero a renovar guardarropa… en su automóvil nuevo of course. Y esto para los locales. Los otros se trasladan en aviones. No, no lo entendemos y por eso el alud de protestas. No se predica con el ejemplo.

Si los políticos carecen de conciencia y de responsabilidad social, los ciudadanos no podemos ni debemos darnos ese lujo. Por eso insisto en que seamos críticos acérrimos de cada peso que gaste o invierta el gobierno federal, estatal y municipal. Exigir que sean no buenos administradores, sino excelentes administradores. Haber como le hacen los que son torpes o incapaces para el desempeño de la función pública. Bien harían en todo caso hacer como dijo el Sr. Alejandro Martí, si no pueden, renuncien. Aunque eso será difícil, casi imposible debido a que ya han saboreado las mieles del dinero ganado sin esfuerzo. Solo a los incompetentes les aterroriza saberse fuera del presupuesto o trabajar como hacemos la mayoría de los mexicanos. Son esclavos del dinero fácil.

No. Ya no es posible que los ciudadanos tengamos una actitud pasiva o del ya ni modo. A mayores desatinos de los gobernantes, mas imperiosa es la necesidad de tener mejor desempeño cívico nosotros, los simples mortales. Nos ha costado y nos costará aun más el ejercicio del dinero público. Dinero que nosotros generamos. ¿Acaso no es absolutamente lógico que entonces seamos seguidores fieles de su óptima aplicación?

En cierta ocasión, conversando con un empresario sobre el tema de la educación en México, me hacia la observación de que la educación pública universitaria – a su parecer- toda debería ser a cargo del Estado: alimentación, vestido y sustento para que el estudiante únicamente se dedicara al alto aprendizaje, el de calidad, siendo único requisito para el alumno el obtener altos promedios basados en su desempeño. Los países más desarrollados poseen elevados estándares de educación superior y no se pierden en la medianía. Tiene razón. ¿Porqué el Estado debe invertir tanto en ciertas universidades públicas para que al final egresen personas con tan escaso bagaje académico y por ende mediocre desempeño profesional? ¿Fue un mal estudiante? ¿Su capacidad no estuvo a la altura requerida? ¿Fueron malos maestros? ¿Acaso aplicación inadecuada de programas educativos? ¿No funcionó el esquema universitario? ¿No se detectaron las capacidades reales del estudiante? Si bien este tema es de tratamiento aparte, sirva de ejemplo para indicar como es que tenemos la obligación de analizar la aplicación del gasto público por una parte, y por la otra la eficiencia y eficacia tanto del que aplica el recurso como del que lo ejerce en su etapa final sea administrador o beneficiario.
Tenemos que iniciar ya la cultura de medir el desempeño público con base a resultados, no a discursos baratos, tediosos y falsos. Demasiado caro ha salido votar sólo por simpatías: Ni las siglas de tal o cual partido, ni los discursos de oropel de sus políticos, ni los colores defendidos a veces a ultranza, son los que nos llevarán a mejores estadios de vida colectiva.

En las aulas universitarias mis alumnos constantemente cuestionan el quehacer público y lo analizamos. Me gusta ver como en clase debaten y exponen sus ideas. Una de sus inquietudes es de qué manera pueden contribuir al mejoramiento social y político. Se comenta que el mejor aprendizaje para ser y hacer mejor política es inversamente proporcional al que se realiza ahora. ¿Cómo ser críticos y seguidores del desempeño de la función pública? Esa es la pregunta que salta una y otra vez. Les digo que siendo un privilegio ocupar el espacio universitario de hoy, resulta impostergable el compromiso con la sociedad por eso se debe exigir rendición de cuentas transparentes, alzar la voz cuando se deba hacer sea en lo personal o bien a través de organizaciones ciudadanas; señalar lo indebido con índice de fuego porque el daño social es mayor cuando se calla o se consiente bajo el ropaje de la pasividad.

Quienes participamos en el sector educativo somos los primeros obligados a formar personas cívicas de alto valor. No es sembrar en sus cerebros nuestra experiencia. Es que ellos planten sus propias semillas. Nuestra aportación será acaso formativa más no impositiva. Tal vez en un futuro tengamos entonces funcionarios y gobernantes sensibles, creados al amparo de la conciencia colectiva, capaces de velar por un desarrollo colectivo y no personal. Capaces de saber y entender que el desarrollo social, económico, político y cultural, no es un juego de ganar o perder ni de quien es el que más anota, sino para el que mejor resultados presente.

Para el final:
Noviembre es un mes importante dentro de las tradiciones mexicanas. Veneramos a la muerte tanto como nos reímos de ella. Es parte de nuestra cultura, la que queremos conservar por los tantos matices que contiene. Para no romper las tradiciones, ahí va mi calavera:

Pasaba la parca fea por los rumbos de San Lázaro
Ah que caray –dijo- aquí estan todos juntos, los que traen tanto relajo
A todos me los llevo por gandallas y gachos
Mira que aumentar los impuestos estando el país tan abajo.
Diputados y senadores, no respetó la calaca
Al fin que ellos ni al caso -dijo la muy caraja-
Trabajar o no trabajar

Siempre he considerado que la ciudad donde uno vive y realiza sus actividades cotidianas, es en términos generales, la casa grande que todos compartimos. En un amplio concepto así lo es y por ende estamos obligados a mantener este lugar en orden y limpio.


Por eso resulta frustrante ver como hay personas que sin recato ni pudor tiran basura a diestra y siniestra: ¿Quién no ha presenciado a aquella persona que solo baja su ventanilla del carro y tira botes, bolsas, papeles, etcétera? Vecinos que jamás limpian el frente de su casa o que simple y llanamente su basura se acumula para beneplácito de animales domésticos que se encargan de desparramarla con las consabidas molestias para los demás.


La pinta de bardas y paredes se ha vuelto común: De un tiempo a la fecha han aparecido edificios, comercios, casas habitación, con grafiti en la parte alta precisamente de ellos. Pareciera que los grafiteros se han puesto de acuerdo en no dejar edificio vivo. ¡Es tan molesto ver las ciudades pintarrajeadas! Estoy segura que los dueños de esos espacios se han de sentir aun más fastidiados porque representa una carga económica más al tener que quitar el trabajito de aquellos, pues daña la imagen del local o comercio. Al parecer la lucha la van ganando los grafiteros, tristemente.

Hace poco leí que alguno de los brillantes diputados de Sonora propuso que se elevara a delito grave la pinta de bardas en cuestión. Bajo esta perspectiva, cualquier acto por menor que sea, pudiera elevarse a dicha categoría al momento que el legislador lo dispusiera. ¿Creerán los gobernantes que al hacerlo están cumpliendo la parte que les toca? Creo que se está dejando de lado lo que implica ejecución de ley: ejecutar es hacer, es atender la disposición general a través de distintos actos tendientes a que se cumpla con el espíritu de la norma a su exacta observancia. Nadie en su sano juicio pensaría que a mayor cantidad de leyes mejores sociedades tendremos. Esto no es tan simple.


En la medida que tengamos una administración pública eficiente y eficaz, será posible entonces tener mayor armonía entre la ley y su ejecución, lo que a la postre derivará en una sociedad desarrollada en todos sus ámbitos… si nos aplicamos todos.


Para tener una administración eficiente y eficaz se requiere muchísimo más que buena voluntad o sonrisas de fotografía. La sociedad merece respeto allende al discurso. Una forma de demostrarlo es que quienes ostenten un cargo público sean los mejores perfiles por su capacidad y competencia en la materia de que se trate. En épocas de austeridad como las que estamos viviendo, jugar a ser funcionarios representa una irresponsabilidad que debemos señalar cualquiera que sea el caso y no esperar por ningún motivo, a las épocas electorales para hacerlo. Es aquí y en el ahora cuando debemos actuar como ciudadanos comprometidos. Curiosamente las autoridades mencionan una y otra vez que gobiernan para todos. Pero cuando se les reprocha alguna cuestión, son ellos quienes descalifican a quien se atreve a hacer algún señalamiento argumentando que lo hacen porque pertenecen a otro partido político. ¿Quién les entiende?

La política de gobierno es en estas épocas es de austeridad, según han dicho.


Al igual que tantas personas, entiendo por austeridad trabajar y producir mejor con iguales o menos recursos. Es encontrar los talentos más destacados en sus áreas para que se ocupen de administrar de la mejor manera posible. Producir más y ser excelentes al hacerlo. Es tener la suficiente creatividad e iniciativa para actuar aun mejor que si se estuviera en época de bonanza, que por cierto tampoco conocemos los mexicanos.


Si ya estamos pagando -y muy alto por cierto-, el precio de tener gobernantes -de elección popular- torpes e ineficientes, no permitamos que además se elijan funcionarios incompetentes sin mayor mérito que el haber participado en tal o cual campaña política o bien por alguna otra obscura causa habida ahí mismo. No es la manera más brillante ni atinada ni comprometida de querer actuar con responsabilidad social y política ante los gobernados. Es burlarse (más) de los votantes y de la sociedad. Es actuar como asaltantes de la cosa pública, arrebatando y repartiéndose el botín.


Si el gobierno está aplicando medidas de austeridad, nosotros como ciudadanos estamos obligados a apoyarlo y denunciar, sí, denunciar públicamente cuando exista torpeza, ineficiencia, negligencia y desgano en la labor pública. No es correcto que sigamos pagando por los actos irresponsables e inexpertos de los servidores públicos. Cuesta demasiado. Implementemos ya una cultura política permanente de denuncia pública aunque para hacerlo debemos tener la voz completa: Hagamos la labor que nos atañe como empleados, trabajadores, estudiantes, maestros, amas de casa, jornaleros, empresarios, etcétera, un verdadero trabajo. Trabajar enaltece, brinda dignidad, orgullo y honor.


Ya no mas simulaciones en el hacer. Ya no mas pretextos como:


No se puede.
Mañana lo haré.
Que otro lo haga.
A mí no me toca hacerlo.
No fue/es mi culpa.
Si aquel no trabaja, ¿porqué lo debo hacer yo?
Mejor me incapacito para no venir a trabajar.
Es que no sabía que era para ahora.
Nadie me dijo que tenía que hacer eso.
No tengo tiempo.
Nadie se va a fijar.

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Carta a María Magdalena

Queridísima y apreciada María Magdalena:

Espero que al recibir la presente, estés gozando de la vida celestial al lado de tus seres queridos, como corresponde. Yo acá bien, gracias a Dios.

Aunque dialogo contigo en múltiples ocasiones, desde hace tiempo tenia la inquietud de escribir esta misiva. Sabes que mi cultura religiosa es algo escasa. Ante ese supino desconocimiento, tu persona y vida me causan tanta curiosidad, tanto interés –que no de tipo morboso para nada, conste- porque bueno, eso de que estuviste tan cerca de Jesucristo ha de haber sido ahora sí que una experiencia religiosa sensacional, querida. Mira: entre más leo, más ideas vienen en torno tuyo, tantas como interrogantes personales se presentan con ello. No conforme con eso, poseo una mente bastante libre y aunado a que me gusta pensar, atar y desatar cabos, ¡pues ya sabrás! Digo, discúlpame pero así ha sido.



He tejido ideas, creado y recreado escenarios. No te molestes, no quiero ser irreverente ni invadir la privacidad que cuidaste y protegiste con tanto esmero. La discreción demostrada en todo momento es digna de encomio: Entre ser señalada o poseer fama y fortuna, optaste por lo primero, tal vez incluso sin pensar. Querida, sé que el objetivo valía con creces la pena, aunque eso no te quita mérito y reconocimiento. Al contrario. ¡Bravo, amiga!



¿Estás enterada que Dan Brown escribió sobre ti en su novela El código Da Vinci hace ya algunos años? ¡ Uy si vieras la revolución que se ha desatado desde entonces! . Por supuesto que antes de esa magnífica novela había voces y susurros alrededor de tu subyugante historia, pero nada que no se pudiera mas o menos controlar por los interesados. Andanadas de elogios, aludes de críticas, manifestaciones de tus tantísimos fans, pero también de otros que no lo son, con la pena.

Mira que si estuvieras aqui, no terminarías aún de firmar autógrafos. Los reflectores de Hollywood te tuvieran ciega materialmente y Oprah no acabaría de entrevistarte con mil y un cuestiones que abordar desde distintas ópticas. Si te digo, esto es un caos y tema que no acaba. Eres como quien dice la comidilla en círculos sociales, religiosos y hasta políticos. Imagino a la gran Oprah entrevistándote, entrando a tu vida mediante sus inquisitivas preguntas sobre tus distintos roles de mujer, de dizque prostituta, de amante, de líder, de cercanía a Él, de quien se dice que recibiste grandes enseñanzas ideológicas de las cuales algunas no trasmitiste a Pedro. Mujer forever, siempre guardando algo para ella. Porque sí te reservaste algo ¿no es así? Oprah hubiera hecho lo suyo. ¡Si la conocieras!

¡Que vida tan agitada, querida amiga! Fuiste y serás por siempre reconocida como mujer intensa, leal, apasionada, entregada a sus ideas y causas plenamente convencida aunque en ello corriera grandes riesgos. De entre todos los personajes bíblicos, destacas por tu hechura humana con debilidades, tropiezos y virtudes. Porque cometiste hierros y aciertos. Porque supiste ser y estar. A lo mejor es por eso que te sentimos tan cerca y gozas de tantas simpatías. Además sabias reír y también derramaste lágrimas amargas cuando tu corazón fue cruelmente estrujado. He ahí una mujer dispuesta y puesta: No medías el riesgo porque te entregaste a lo que creías. ¡Va otro enorme Bravo querida!



María Magdalena, que bárbara, sinceramente que la tuviste difícil acá: viste a Cristo crucificado, ayudaste a sepultarlo y a la vez te distinguió al ser la primera en verlo resucitado. Deveras que eres única.


No quiero entrar en el tema que tanto te duele referente a la grey católica que te encasilló en situaciones que probablemente no sean de tu agrado ni te hagan justicia. Tampoco interesa ahora hablar de Pedro, quien se molestaba contigo e iba presuroso con Él a quejarse de ti porque –en su opinión- hablabas mucho y no sabias guardar silencio como acostumbraban las mujeres en aquella época. ¡Ay! ¿Te imaginas si Pedro como mortal en este momento estuviera aquí? Seguro que se espantaba, te vería ya con otros ojos y sin hostilidad. A lo mejor hasta cambiaba de opinión respecto a tu persona y huía aterrorizado de nosotras que ahora somos más echadas para delante y difícilmente callamos. Ahora que lo pienso bien, a lo mejor por eso tu comportamiento era señalado. Si en el 2009 sucede cada cosa ¡imagínate en tu época! De plano, tu valentía es de reconocerse amiguis.




Por cierto, sabes que hay fuertes rumores de que en realidad eras la señalada para asumir el mando de la iglesia católica? No es por intrigar pero se dice por muchos que Pedro se te anticipó, por decirlo de manera suave.



Me invade la curiosidad y no puedo evitar preguntarte: ¿Realmente era Él tan guapo? Déjame decirte que ha habido pintores y escultores que lo han plasmado en sus obras de distinta manera: a veces demasiado delgado, lacerado muchas otras o bien con un rosto iluminado de alegría y otras con sombras negras, negrísimas de tristeza. El manto de Turín para que te enteres, ha pasado por innumerables pruebas. No si te digo que somos únicos en eso de buscarle y buscarle. No tenemos fin.



¿Te molestan mis preguntas y observaciones? Es que se me olvida eso de tu santidad y que debo tratarte como tal. Te suplico me disculpes y tomo como escudo de ello la amistad que nos ha unido durante tantos años. Sé que como buena amiga me vas a entender así que continúo. No te desesperes, ten paciencia y escucha:



Figúrate: hace ya más de dos mil años que estuviste acá en la tierra y poco ha cambiado en esto de ser mujer, tarea nada fácil pero a la que no renunciamos por ningún motivo ya que afortunadamente tiene enormes satisfacciones. ¿Recuerdas lo que sufriste cuando estuviste aquí? ¡Vieras amiga como te echamos de menos! Tú sí que sabes entender a las mujeres de carne y hueso, las que vibramos a la par de nuestros sentimientos, de la autenticidad en lo que somos y hacemos. Te sentimos cerca, eso ni dudarlo. ¡Que te puedo decir si lo sabes perfectamente! En resumen, nos haces falta y aplaudimos que poco a poco se va reconociendo la verdadera categoría, nivel y trascendencia que reviste la persona llamada María Magdalena.



Ya que estamos en esta franca conversación, dime que sientes cuando te das cuenta que tienes tantas seguidoras. ¡Seguro que ni te la crees! Has de pensar que te has vuelto una moda. Por cierto, me encantan los atuendos que usaban. ¿Es cierto que ese color tan bonito que aplicaban a sus telas provenía de una semilla? En algunas películas, entre ellas Ben Hur aparecen artistas con atuendos que me hubiera gustado usar, tanto como fascinado vivir aquel tiempo. Por cierto, hace muchísimos años leí Caballo de Troya. ¡Ay querida!, me provocó una crisis existencial-espiritual que para que te cuento. Era tan vívida la narrativa que sentía que andaba en aquellos rumbos.



Pero eso fue hace mucho tiempo. Creo que pasé por distintas etapas espirituales-religiosas pero aclaro que no he dejado de creer en Él ¿de acuerdo? No te molestes por favor y apelo a la cantidad de veces que tu corazón estuvo agitado, con huecos o sombrío. Se siente tan mal ¿verdad? Te digo que esto de ser mujeres intensas tiene su precio, pero ambas sabemos que todo vale la pena. ¿A poco no? Hay muchos más días de sol que de lluvia. Y la lluvia tiene tambien su encanto... así que adelante.



No quiero perder el hilo de esta conversación: como suele suceder entre mujeres, saltamos de un tema a otro sin olvidar el anterior para retomarlo más tarde. Por eso los hombres pocas veces pueden seguir el ritmo de nuestras pláticas. Ni te pregunto sobre esto. Me imagino a Maria, Marta y tú, en sus largas conversaciones privadas. Con tantos sucesos importantes que tenían en forma constante, cuando no era una cosa era la otra. No pues de seguro nunca acababan de platicar.




¿Qué te parece el reposicionamiento que estas teniendo entre la grey católica y la no tan católica? Mira, eso de que fuiste o no servidora pública no es motivo de discusión para tus seguidoras. Entiendo que en ninguna parte de los Evangelios se dice nada al respecto y por lo que a mí concierne, no es tema que me interese, sobre todo porque considero que la peor prostitución es la espiritual. Ahí si que ni como remediar.



¿Sabes que en internet aparece tu historia en millones de páginas? ¡Uy si vieras! Hay de todo: que si la historia tuya con Él es una completa mentira, que si es producto de la novela El Código Da Vinci, que si esto que si lo otro. Con todo respeto amiga, como suele suceder entre dos personas, solo ellas y nadie, nadie más sabe o conoce la verdad lisa y pura. Eso es sagrado, con perdón del término, ¿pero cuál otro para ser más contundente?.



Vale la pena mencionar que para muchas de nosotras eres una gran líder, como lo he dicho y refrendo ahora. Al final, no es relevante si fuiste o no una prostituta arrepentida. Lo significativo es que eras la discipula predilecta, tanto así que enfrentaste a Pedro en los albores de la iglesia. ¿Recuerdas la obra Jesucristo superestrella? En ella se te brinda tremendo homenaje como icono del feminismo: liberada, no sujeta a subordinaciones inútiles y sin sentido, capaz de discernir y hacer valer su opinión. Luchaste por ser tratada como una igual con los apóstoles –aunque sabemos que en múltiples ocasiones los superabas- ¡Caramba Maria Magdalena! ¡Que temple tenías dentro de tu personalidad tan aparentemente tranquila! ¡Bravísimo!



Bueno, parece que me extendí demasiado. Te digo que cuando empiezo a escribir difícilmente logro desprenderme. Algún dia platicaremos frente a frente –eso espero- y podremos acaso abordar esos otros temas que están pendientes. Mientras tanto, ojalá que sigamos con estas conversaciones. Me dá mucho gusto saludarte de nuevo y saber que como sueles hacer estás ahí para escucharme.

Recibe mi cariño por siempre.

Tu amiga,
Reyna.









Sindicatos en México.



Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Augusto Monterroso.


Cuando despertó, el dinosaurio sindicalista todavía estaba allí. Reyna García.

La voz de la Ciudad del Cobre.

Tal y como había planeado, el sábado subí a mi carro y enfilé a Hermosillo. A pesar de que quise salir temprano, esperé a que un pertinaz aguacero dejara de serlo. Como no amainaba, decidí aprovechar entonces la oportunidad que me brindó la naturaleza de tomar la carretera con un cielo muy nublado y día lluvioso cosa que particularmente disfruto muchísimo. Ni que decir que viajar sola implica dos cosas: pensar sin que nada interrumpa y cantar voz en cuello sin temor a que me digan desafinada o arrítmica como me calificó Eli una vez que tuve la fatal idea de preguntarle cómo le parecía que cantaba. Desde luego, como buena hija de abogada trató de buscar las palabras precisas para decirlo aunque asumí prontamente el calificativo justificando que el sentimiento con que se canta es el amparo ideal para eso de ser arrítmica.

Por alguna razón mis pensamientos tomaron derroteros tales que me hicieron recordar cuando salí de Cananea, al terminar la preparatoria. Cananea, cuna de la revolución y ahora cuna del desempleo. Cananea, la otrora ciudad del cobre y ahora ciudad de los lamentos. Cananea, la siempre Cananea de mis mejores recuerdos y añoranzas.

Los Canapas sabemos lo que significa nuestra tierra más allá del sindicato o de la empresa. Crecimos subiendo y bajando colinas, yendo a la plaza los miércoles de serenata, visitando la mina en nuestras excursiones escolares, correteando (hacer la pinta) algunas ocasiones las clases para irnos a Las Gallinitas o al Ojo de Agua, dos lugares a donde se estilaba ir de día de campo. Nada se comparaba a la emoción de cruzar el cerco de la Casa de William Greene y husmear por todas partes o simplemente ir al gimnasio a ver jugar basquetbol a los amigos. Visitar el museo de la cárcel de Cananea implicaba una experiencia inigualable: nos adentrábamos en el pasado y rendíamos culto a los héroes de aquella época. Les teníamos respeto.

Caminar a paso lentísimo desde la Mártires de 1906 hasta el puente era un disfrute absoluto que nos ocupaba horas.

Una muy fría mañana mientras nos fugábamos de clases, tres compañeros y yo nos fuimos en un destartalado Volkswagen a dar la vuelta por el pueblo pues había nevado toda la noche. No faltó a quien se le ocurriera entrar a una exclusiva colonia burlando la seguridad que había a la entrada. Ni mal habíamos ingresado cuando la conductora reparó en un enorme bulto de nieve que según ella iba a pasar exactamente por la mitad. Diciendo y haciendo tomó distancia y metió velocidad, solo para ir a chocar más allá, dar una voltereta y quedar dentro del vocho con el techo por piso. Rebotamos en otro bulto de nieve. A como Dios nos dio a entender salimos del vehículo, con todas nuestras fuerzas volteamos el carro y pusimos distancia del lugar. La noticia se difundió en la XEFQ, La voz de la ciudad del cobre, diciendo que un Volkswagen viejo, color azul, había entrado sin autorización a dicha colonia habiendo causado algunos estragos en cercas y jardines.
Nosotros, en clase, como viles delincuentes seguimos con las rutinas de estudiantes aplicados y durante algunos días no nos reunimos. Solo disimuladas señas visuales y alguna que otra frase intercambiamos. En casa me preguntaban el porqué andaba tan callada y meditabunda. No podía decir que me dolía todo el cuerpo por el catorrazo. Los otros tres, igual. Estoy segura que tanto ellos como yo seguimos disfrutando esa aventura y otras tantas que compartimos en aquella época. A los pocos dias nos reíamos en grande.

En las noches de invierno largas y obscuras, o bien en aquellas que nevaba, iluminadas por ese resplandor blanco azuloso que le es característico, tomaba mis libros y leía a un lado de los calentones. A veces gustaba escribir. En otras ocasiones veíamos en televisión las series norteamericanas del momento, asomándonos por la ventana para contemplar los copos cayendo e ir contando y midiendo los montones que se iban formando a la entrada de la casa o atrás, en la huerta.

En ese entorno era que todos trabajábamos, cada quien en su labor: los maestros, los estudiantes, los mineros, comerciantes y autoridades. La convivencia entre familias y vecinos era habitual. Los cananenses que salían del pueblo y después regresaban eran recibidos con sumo beneplácito, máxime si portaban lo que se consideraba la mayor presea: un título universitario. Estudiar y trabajar era la consigna.

Las reuniones del sindicato en la casa del minero eran las noticias más fuertes. Reuniones de muchas horas donde quien pedía la palabra era escuchado porque además había congruencia en el rumbo y en los haceres gremiales. Había confianza. Las familias mineras no tenían carencias como ahora. Gozaban de comodidades que otros no tenían: No pagaban el agua ya que lo absorbía la minera al igual que les cubría la luz y el gas natural. El tema de pago por cascadura, pago de utilidades o bonos de producción, asistencia o vales de despensa era muy significativo para ellos porque implicaba recibir ingresos adicionales importantes. Los sueldos estaban muy por encima de otros trabajos similares en el país.

¿Cuándo acabó todo eso? ¿Qué le pasó al Cananea pujante, orgulloso, trabajador y digno? ¿Cuándo empezó la debacle? ¿Cuándo las personas de este pueblo minero fueron bajando sus estándares de vida? ¿Dónde quedó la voz de la ciudad del cobre, no como slogan de la radiodifusora de aquel tiempo, sino la real voz de la ciudad del cobre? Siento un nudo en la garganta. Prefiero escuchar música mientras hilvano remembranzas y ordeno ideas.

Llego a Santa Ana. Sintonizo una radiodifusora local. Jenny Rivera cantando. Hace poco escuchaba una noticia sobre ella. ¿Dejó o la dejó el pelotero con el que andaba? Ay no sé. No he visto el programa de Gustavo Adolfo Infante. Esta Jenny que bien ha capitalizado su imagen, deduzco mientras tomo la carretera a Hermosillo. Sigue lloviendo y más fuerte aún. Olaf se manifiesta.
Terminé el viaje disfrutando del paisaje. Me resistí a seguir pensando y preferí cantar con música del ipod a Ricardo Montaner, Charlie Zaa, Lila Downs, Edith Piaf y mi adorado Marco Antonio Solís. Está claro que fue un collage musical. Total, me dije, tengo el viaje de regreso para seguir en aquellos pensamientos. Y ahí quedó todo… por lo pronto.

El domingo seguía lloviendo. A eso de las cinco de la tarde enfilé rumbo a Caborca. Poco a poco volví al tema Cananea. Evoco las casas antiguas, los pinos tan altos, la iglesia con piso de madera y sus vitrales. El tantísimas veces cruzado puente del arco famoso. Los callejones y sus panaderías. Caminar “para abajo” a Cananea Vieja o ir “para arriba”a la Mesa Sur, esa colonia tan antigua como subyugante con una majestuosa vista hacia las minas. Caminé mentalmente los empedrados de algunas cuestas. Aspiré el aroma de las tardes y me llené de recuerdos que atesoro. Escuché el silbido de las doce del día que puntualmente se emitía desde la mina y que era materialmente el reloj de todos los habitantes. Vi la fila de mineros, los papás de mis amistades, con casco y lonchera en mano. El ritual de los puebles a las siete de la mañana, tres y once de la noche.

Cananea se ha ido desmoronando como los recuerdos que no se aquilatan. Pueblo minero que ha sido reducto de nefastos políticos y líderes charros. Bandera de muchos y motín de fuereños o inexpertos que han aprovechado la necesidad de los cananenses de cepa. De sepa Usted donde están los que deben estar –me contesto con sorna-. Hijos de Cananea han ocupado y ocupan importantes palestras en el mundo de la política. Las preguntas son: ¿Qué han hecho por el pueblo? ¿Qué propuestas han presentado? ¿Qué participación efectiva han tenido más allá del discurso o la denostación? ¿Acaso un discurso de oropel pronunciado en alguna tribuna es la solución esperada? ¿Qué resultados efectivos pero efectivos de verdad ha habido con tantas idas a la ciudad de México o de gestiones que dicen hacer?

No me atrevería a profundizar en el tema sindical porque desconozco mucho de él. A lo sumo podré modestamente opinar. Y opino sobre lo que veo y vivo. A como veo doy: Ir a mi pueblo es encontrar un ronquillo fantasmal: Los pocos comercios apenas logran sobrevivir. La gente emigra a otras ciudades. Las plazas y jardines con nuevas figuras sociales: los indigentes. Casas de empeño atiborradas de cosas que no habrán de ser rescatadas. Personas que circulan por las calles y los cafés con el mismo tema de penurias y necesidades en sus familias.
Lejos de abordar el tema sindicato /empresa, diría que faltan líderes comprometidos con su gente y con el pueblo. Tanto como también falta actitud en muchas personas. Actitud de sacar avante a Cananea sin que la empresa minera-en este caso- sea la panacea de todas las carestías que existen en aquel lugar. Simular problemas no ayuda a la causa como tampoco ayuda fingir que se desea solucionar el conflicto.

Se requiere con mucho, formular un proyecto de desarrollo integral donde no sea solo la minera el soporte económico sino aspectos como la agricultura, la ganadería y el turismo, entre otros. En suma, si Cananea quiere sobrevivir y volver a marcar rumbo como ya en una ocasión histórica lo hizo, debe creer más en ella misma y menos en sus políticos con promesas y discursos de relumbrón.

Cananea ha esperado demasiado tiempo. Actuar es el siguiente paso.

Ir en contra.


Corría el mes de diciembre y cursaba preparatoria. Fuera del aula un frío atenazante, nieve por todos lados y un enfado tremendo. Había que hacer algo en tanto llegaba la hora de volver a los libros. Treinta preparatorianos juntos en un espacio cerrado es cosa seria. Acordamos que cada uno de nosotros hiciera algo frente a los demás. Mientras los otros se presentan pienso en qué voy a hacer. Es mi turno y subo al estrado de los profesores. Inicio la representación-imitación de una maestra. Casualmente recién había recibido clases en ese sentido en el taller de teatro al que yo pertenecía. Me pongo el abrigo como ella, me colocan un gorro, guantes, bufanda y orejeras como los que usa todos los días en esta época del año; alguien me presta una bolsa enorme con libros y empiezo a caminar, claro, como ella. Imito sus gestos y su voz. Cinco minutos de una magistral representación –según yo- pero ningún aplauso. Nadie habla ni dice nada. Silencio sepulcral.

Volteo hacia atrás, y ¡oh sorpresa! Ahí está la misma maestra objeto de mi representación. El alma se me cae al suelo. El mundo se me acaba a los 17 años. Estoy perdida. Con toda seriedad y corrección me dice que desde un principio presenció mi acto y que solo espera que en mi vida profesional sea tan buena como lo demostré al imitarla. Terminé arrastrando bolsa, abrigo y demás implementos de tan fallida caracterización hasta mi pupitre, segura de que ya no tenia nada que hacer en esta vida.

Jamás olvidé su reacción ni su actitud. No manifestó su molestia. Solo se concretó a aprovechar el momento para darme y darnos a todos una lección de educación, de altura moral y de compromiso hacia el trabajo, de hacer bien las cosas desde un principio. La maestra Ubalidina ha sido a través del tiempo parte fundamental en la formación profesional de aquel grupo de estudiantes. No por imitarla significa que no la quisiéramos. Al contrario, pero a esa edad nada parece irrespetuoso. Reflexionando sobre eso y recordando la columna del domingo anterior creo que en nuestro país hacen falta muchas personas como mi maestra Uba, como cariñosamente le llamábamos.

Siempre llegaba jovial y dinámica a la clase. Era común verla charlar con los estudiantes y pese a que era una persona adulta, sabía entenderse con nosotros. Motivaba a las personas a dar lo mejor de sí y era inflexible en el cumplimiento de la palabra. No había excusas para cubrir irresponsabilidades. Medias tintas con ella, jamás. Tenia un concepto de justicia tal que sabíamos de antemano que sus decisiones eran las correctas. Nuestra confianza era plena y nunca nos decepcionó. Cuando había que corregir rumbos lo hacia no sin antes plantear el caso en clase y escuchar todos los pro o los contras de la situación. Su ética e integridad moral le permitieron desplazarse en los pasillos de aquella inolvidable preparatoria con paso firme y seguro. Nunca una frase negativa ni en contra de las autoridades ni en contra de sus compañeros maestros. Lo que tenia que decir lo decía de frente, como la gente de honra y de valor. Pero también sabia escuchar y cuando lo hacia parecía que era uno la única persona en el mundo que estaba hablando. El respeto era su marca de distinción.

Me pregunto que sucedería si en nuestro entorno tuviéramos personas como ella, es decir, muchas mas personas que las que seguro existen con estas características. O mejor aún, que fuéramos como la maestra Ubaldina. Uno de los tantos problemas que tenemos en este México nuestro es el de la actitud. Entre escoger levantarse temprano para llegar puntuales a nuestras actividades, preferimos hacerlo tarde y andar apurados, pasar semáforos en rojo e ir a alta velocidad. Escogemos gruñir un saludo que decir buenos días en forma amable; Optamos por criticar y descalificar a las personas que valorar lo que positivamente realizan. No somos capaces de reconocer el trabajo de nadie porque nos gana el egoísmo y las frustraciones personales. Criticamos pero no aportamos.

Analizando el acontecer nacional, donde el gobierno ha tomado y seguirá tomando decisiones que dejan mucho que desear; donde tenemos funcionarios que son tachados de negligentes y hasta delincuentes; en un país como éste, donde la inseguridad es cotidiana y se pasea del brazo de la infamia en el camino del nunca jamás se resuelve nada, resulta imprescindible que la ciudadanía actuemos en contra de este caos gubernamental.

Sí, en contra de este gobierno que solo tumbos está dando. En efecto, en contra de este gobierno asesino de iniciativas para emprender cualquier proyecto. Los impuestos son la soga legal como instrumento. Gobierno represor de ilusiones de tantos y tantos egresados de las universidades que lo único seguro que tienen es la incertidumbre laboral. Gobierno secuestrador de estudiantes que han tenido que dejar el aula y convertirse en obreros porque no alcanzan los ingresos familiares y se convierte en un lujo el instruirse.

Gobierno que no escucha a la sociedad no es gobierno. Por eso propongo ir en contra de él. Propongo que nuestras armas sean las de alzar la voz cuantas veces sea necesario. Propongo que vayamos más allá de las quejas y que seamos exigentes en el cumplimiento de las actividades del gobierno, que transparente su actuar y proceder. Hagamos una fuerza común donde nos distinga la unión de personas y no la división que nos provoca el contar con tantos partidos políticos. Con esta pluralidad partidista los grandes perdedores hemos sido la sociedad. Perdimos y perdemos por todos lados: Presupuestos millonarios se les canalizan y al final, entre ellos mismos empieza la danza del toma y daca. Lo último que se respeta es el voto ciudadano. Termina siendo solo tema de campaña, de justificación de presuntas necesidades y de aval para actuaciones de gobierno y/o de partido poco claras.

Vayamos en contra de gobierno y por cada actuación nefasta que tenga, hagamos al menos otra pero en contrario.

México se está borrando del mapa del progreso y del desarrollo. ¿Qué no hay líderes en el país? Es cierto. Seamos entonces líderes cada uno de nosotros empezando por nuestros hogares y lideremos la justicia e igualdad en la familia. Tengamos como bandera de uso diario y continuo la honestidad y el compromiso. ¿Qué no hay buenos gobernantes? Seamos entonces ciudadanos responsables y co-responsables en la construcción del país, del estado y del municipio. ¿Qué el gobierno no atiende el reclamo social? Seamos escucha permanente de quienes laboran con nosotros para ser entonces capaces de corregir rumbos en base a la equidad, a los objetivos, pero sobre todo, evitando caprichos e irracionalidades. Evitando procederes nacidos de la amargura, del desatino, de la revancha y de la imposición. Se trata pues de ir en contra del gobierno, no de actuar como él.

¿Qué el gobierno no resuelve la demanda social de seguridad pública? Hagamos de la exigencia un baluarte y de la indignación un reclamo permanente. Que no se nos olvide ningún atropello, ningún delito cometido, ninguna negligencia. Que ningún caso sea rebasado y prontamente olvidado por otro. Pero promovamos a la vez la paz. Retomemos desde el hogar los valores que se están esfumando. Los delincuentes son delincuentes aunque tengan la casa mas grande o paseen en los carros mas modernos o sean los mas grandes benefactores de las iglesias. Son delincuentes y punto.

El filósofo Chino Confucio decía que debería de arreglarse al Estado como se conduce a la familia: con autoridad, competencia y buen ejemplo. No hace falta escribir mas palabras.


La mente en blanco.

El domingo es el único día de dormir tarde según mis costumbres. A pesar de esto me levanté temprano y me dirigí a preparar café. En tanto, enciendo mi computadora, escojo el espacio donde me acomodaré para leer la prensa y acaso escribir un poco. Espero hacerlo.

Escribir es un acto de desahogo y a la vez de descanso. Normalmente centro las ideas en el transcurso del día o de los días. Hay tantos asuntos por abordar que a veces resulta difícil escoger. Quisiera tratar temas por demás superfluos y quedarme en la comodidad de la no reflexión porque este acto por si mismo implica pensar y por esta vez no tengo ganas de pensar.

Hoy deseo que mis dedos simplemente recorran el teclado como vehículo simple de mi mente en receso y que la conducción quede a cargo de ambos. Tal vez al final de este escrito termine hilando alguna frase coherente.

Leo la prensa y me detengo en las notas donde el Presidente Calderón afirma que no alcanza el presupuesto para la adquisición de vacunas en contra de la influenza. ¡Que descaro! –digo en voz alta- Seguramente no alcanza porque hay que cubrir sueldazos de los ministros de la Corte o de los diputados, senadores y demás pléyade de funcionarios cuya actividad es por demás oscura en cuanto a efectividad y eficiencia que requiere el País. Cuando veo a los ministros de la Corte y analizo sus comportamientos y actitudes, me parece que son artistas desarrollando un papel y que al final del día se despojan de él para gozar de la opulencia que rodea sus vidas gracias a la enorme cantidad de privilegios que gozan. Seguro que han de creer que lo merecen por sus enormes sacrificios a la nación -pienso en tanto contesto una llamada telefónica que interrumpe mi pensamiento-. Cuelgo y retomo las ideas de inmediato, no sea que la poca lucidez dominical me abandone.

Ha estado circulando profusamente en internet un escrito sobre el despilfarro de recursos económicos del Congreso de la Unión. ¡Como si fuera novedad! Añales han sido donde nuestros representantes han gozado de privilegios ya de por sí escandalosos que van desde restaurantes, salones de belleza, servicios médicos de primerísimo nivel, boletos de avión, gasolina, celulares, apoyos especiales (más $), viajes al extanjero a “observar” y “analizar” estructuras legislativas de otros países. Risible por completo. ¿Acaso no hemos observado cómo van cambiando de imagen nuestras brillantes diputadas y senadoras? Inician su periodo legislativo con una imagen “x” y salen con otra más pulidita o a veces peor, lamentablemente. Llegan con cada peinado a las sesiones que dan pena ajena. Y unas uñas larguísimas tipo Niurka. ¿Será algún simbolismo de su desempeño político? No critico su acicalamiento conste. Lo que critico es que lo hagan a expensas de nosotros. Para autorizarse privilegios no hay empacho ni traba alguna: todos los partidos políticos presentes en ambas cámaras están en acuerdo. Por eso hay tantos “logros“ acumulados.
Y la lista sigue y sigue. Ocupar un cargo público en México es sinónimo de sacarse la lotería. Pocos son los ejemplos dignos de serlo.
¿Y qué decir de las pensiones vitalicias de los ex presidentes de la República? Ay que lamentable se escuchó el comentario de Fox cuando dijo que necesitaba su pensión. Seguro, -dije- como si los jornaleros, empleados, trabajadores de a deveras no necesitaran su sueldo. Zedillo calla, Salinas calla, De la Madrid medio calla. Todos quieren seguir en el presupuesto, faltaba más.

Cientos de mensajes en contra de gobierno existen en la red. ¿Por qué seremos así en México? ¿Porque tenemos que vivir señalando y señalando sin que suceda ningún cambio? Las autoridades no escuchan. El pueblo se limita a señalar como si hasta ahí fuese nuestra obligación. ¿Cuál será el siguiente paso que tendremos que dar los mexicanos?

Desde luego no estoy incitando a la violencia ni a la revolución. Aunque siempre he dicho que de haber revolución más me gustaría ser adelita que generala. Claro que sí. –comento en voz baja para mí misma mientras me figuro en aquellas épocas- Seguro que me hubiera gustado Pancho Villa. Busco su foto en internet. No estaba mal el hombre. Se ve tan tan fuerte, tan recio, tan todo. Divagaciones domingueras y mujeriles como diría un apreciado amigo.

Vuelvo al tema después de imaginarme al lado del General y me centro en la computadora. En México no sucede nada. Somos el país donde nada pasa y todo acontece. Existe una brecha muy amplia entre lo que hace el gobierno y lo que la comunidad anhelamos. Para muestra van varios botones tipo pregunta: ¿se han resuelto los feminicidios en Cd. Juárez? ¿Se resolvió ya los asesinatos de los descuartizados en la carretera Caborca-Sonoyta? ¿En que han quedado los asesinatos de tantos periodistas mexicanos? ¿Quedó perfectamente claro el “accidente” de avión donde falleció Mouriño? ¿Acaso ya hubo punto final a tanto secuestro? Vamos, de perdida que me digan si han disminuido, ¡caramba! Mención aparte merecen los indígenas involucrados en tantos delitos. Involucramiento nacido de la ignorancia, del ser indígenas y ser pobres. Hay que presentar culpables aunque sean fabricados. Lo peor es que hasta las autoridades que inventan mentiras terminan creyéndolas. Repiten tanto la mentira que creen que se convierte en verdad. Al modo.

Si una sola de aquellas preguntas es contestada con un sí, se resolvió, quedaré en ese punto satisfecha. Calderón asevera que avanzamos. Fox dijo que avanzábamos. Zedillo dijo que avanzábamos. Todos han dicho que avanzamos. Yo digo que sí, tal vez “avanzamos”. Pero vamos cargando un lastre tan pesado que cada día es más difícil decir que recorremos algún camino hacia adelante. Nos acompañan los gritos de mas de cuatrocientas mujeres de Cd. Juárez y de tantos otros lugares del país que han muerto y familias que claman justicia. Vamos caminando al paso que nos marca la delincuencia y el narcotráfico. Crímenes homofóbicos van en la fila. A nuestro lado van los niños de la guardería ABC, las Silvia Vargas que murieron a manos de los secuestradores. A paso lento y doloroso van millones de familia que apenas logran subsistir. El país “avanza” con millones también de desempleados, con jóvenes recién egresados de las universidades desesperados porque el empleo es escaso. Crear empresas es complicado. Los impuestos asfixian y desalientan.

Encontramos en ese transitar que se dice "avance", a agricultores y ganaderos que con impotencia ven como sus campos y sus ranchos van muriendo por falta de apoyos efectivos, que lleguen a quienes necesitan realmente y de la forma que en verdad se ocupa, no como se decida en los escritorios de funcionarios inexpertos en la materia. En el camino van y en fila de primera los políticos tramposos, los gobernantes que piden mas y mas a través de impuestos porque ya no hallan de donde jalar más dinero para cubrir sus ineficiencias, ineptitudes e incompetencia. Como van encabezando la marcha y marcando su rumbo, no quieren voltear hacia atrás, no sea que se conviertan en sal o en piedra.

Sí, es verdad, avanzamos. Avanzamos rodeados de discursos de oropel y de ignominia. Caminamos en la ruta del pasado porque no hemos podido conciliarnos con él. Porque hay deudas pendientes de justicia en tantos rubros. Pareciera que el camino está hecho de simulación y desvergüenza. La afrenta sin embargo, es para todos.

La memoria tiende a ser flaca. Olvidamos un episodio con otro más reciente y que siga la fiesta.

Que nos sigan dando el circo que tal vez merecemos: un loco individuo dizque secuestrando un avión, otro más con una balacera en el metro Balderas. Ya casi oigo la canción que se compondrá al respecto y que será un hit porque para eso somos re buenos. Por supuesto que en los géneros pop, cumbia, rock. Que sigan los goles de la selección, el grito de independencia, los festejos del bicentenario de la revolución y los sosos discursos de Calderón que nada piden a los que pronuncia Lopez Obrador: los dos en el mundito que cada quien se ha creado. Total, nada pasa.

Sigo en la próxima columna con el mismo tema. Como escribí al inicio, este domingo mi mente se declaró en receso.





Personajes distintos. La misma historia.


Como a mis alumnos de la universidad les encargué tarea sobre la toma de protesta del nuevo gobernador en Sonora, hube también de presenciar por televisión el evento. Como académica analicé cada parte, cada palabra y cada momento. Como política, mis ojos, mi mente y mi corazón puestos en el ¿y si hubiera sido el vaquero…?

Tomo asiento frente al televisor. Odio Telemax. Es un permanente insulto a la inteligencia de las personas. Ni hablar, solo a través de su señal podemos presenciar el evento. Procuro el libro que estos días estoy leyendo mientras espero que inicie el espectáculo. Paciencia Reyna me digo.

A las doce y cacho para amanecer 13 de septiembre. Caras sonrientes por una parte y por la otra no tanto. El Gobernador Bours con sonrisa forzada, austera, ya no tan amplia ni tan echada para delante como antes del fatídico 5 de junio. Cabello relamido, peinado con fuerza, como queriendo controlar aunque sea su cabello. A su arribo gritos que reclaman los hechos sangrientos de aquella fecha. Gargantas enardecidas por el coraje y en muchos de los casos azuzados por mentes maquiavélicas. La historia que abraza el tiempo será la que determine donde y quienes fueron culpables. Por desgracia para los padres de tantos infantes de la guardería ABC la justicia aun no llega y a ojos vista tardará en llegar.

Mientras las imágenes pasan frente a mis ojos mi pensamiento vuela hacia seis años antes, cuando Bours iniciaba su período sexenal: Muchas expectativas, mucho ánimo. Cada día fue alimentándolo con poses de soberbia e incapacidad para reconocer errores. Se le olvidó que es un simple mortal con defectos y virtudes como el que más. No por ello fue mal gobernador pues hizo lo suyo en obras pero ¡ahhh como cuenta la actitud!

Por otra parte está Guillermo Padrés. Llega acompañado de su familia. Su esposa con un vestido rojo (rojo priísta). Me pregunto si será algún mensaje cifrado ese color o bien fue producto del azar. Ay señora, en política no existe el azar, debe saberlo. Definitivamente la Lourdes tiene mejor estilo. El vestidito de la hoy primera dama muy “x” con un corte que nada le favorece. Mangas tan amplias que pareciera que le queda grande la indumentaria. Con que no le quede grande el cargo, pienso mientras sorbo mi café y me acomodo mejor en el sillón. Muchas expectativas, mucho ánimo. ¡Vaya! –reflexiono- Igual que cuando inició Bours… y cuando inició López Nogales… y cuando inició Beltrones. .. y cuando… Bueno, me digo, todos inician con los mismos ánimos pero ya en el ejercicio de sus funciones es cuando viene la realidad. Enfrentarse al Congreso del Estado, a las inercias administrativas, a los golpes políticos bajo y sobre la mesa, a aprender a vivir y convivir con el “fuego amigo”. Y tener que demostrar trabajo, capacidad y resultados a pesar de todo y de muchos. Al final todos se dicen incomprendidos.

Bostezo. Quisiera ya apagar el televisor y dormir pero no puedo. Cambio de canal y regreso al que desconocemos si habrá o no de sobrevivir, y que al menos tiene esta noche de gloria: Telemax. Los conductores todos de negro. Como vestidos de luto. Me inspiran flojera y poco ánimo de continuar oyendo su cantaleta y sonrisas fingidas. Frases repetidas, acartonadas, aletargadas. Se refleja en sus rostros la desorientación y la incertidumbre de saber si mañana tendrán trabajo o no. Cautelosos en los comentarios y por lo mismo faltos de chispa.

Finalmente el gran momento: Guillermo Padrés toma la protesta. Cumple con su rol de nuevo gobernador. Afuera el frenesí de “muera el rey, viva el rey”. El que se auto nombró número uno (todavía no logro descifrar en qué es el numero uno por cierto) saluda, abraza, reparte sonrisas. Que viva este momento, ¡caramba! Que aprehenda para sí estos instantes de gloria y los saboree repetidas veces.

Mañana, cuando se encuentre solo detrás de su flamante escritorio de gobernador, tendrá que revisar una a una las promesas de campaña porque son los compromisos que en breve tendrá que cumplir y cumplir bien. Hasta las más descabelladas promesas que hizo con tal de obtener votos. Sin pretextos. Sin echarse para atrás.
Los Sonorenses que lo eligieron esperan esto. Los que no votamos por él, queremos también que cumpla. Sin pretextos. Sin echarse para atrás.

p.d. ¿Dónde quedaron las mujeres panistas sonorenses de altos vuelos, de reconocidísima trayectoria partidista, de trabajo y de lucha? Para variar, en el gabinete presentado el domingo 13 de septiembre, ninguna, ninguna mujer aparece en cargo de primer nivel... Otra vez impera el machismo retrógrada, absurdo, petulante. ¿Dónde ha quedado el reconocer la capacidad de las personas por encima de su género? En simples promesas de campaña. El mundo sigue igual.

Solo falta que Padrés Elías nos esté reservando la sorpresa de designar a una Procuradora de Justicia del Estado. Y aún así, nos quedaría debiendo.