Cosas de Reyna

La primavera que anhelo

Fotografía tomada de Google.com

Cuenta la mitología griega   -a propósito de la entrada de la primavera- que  Perséfone, la de los blancos brazos, hija de Zeus y Deméter[1] fue raptada por su tio Hades, dios de los infiernos,         -conocido como Plutón, quien se enamoró de aquella .  Muchos de los dioses eran celosos y soberbios. Un día Perséfone encontrábase recogiendo flores en compañía de sus amigas las ninfas y al recoger un lirio, la tierra se abrió. Hades la tomó y llevó al inframundo donde él reinaba en las sombras.  Se dice que Zeus conspiró con Hades para que se materializara el rapto de la joven. Así, Perséfone se convirtió involunariamente en la diosa de los infiernos.  Su  madre inicia un largo recorrido de búsqueda tiempo durante el cual la tierra se volvió estéril.  Deméter  era la diosa de la agricultura, de la fertilidad y el trigo.  En venganza a lo acontecido prohibió a los árboles dar fruto, a los pastos crecer y a las semillas germinar. Zeus quiso halagarla con joyas y costosos regalos pero Deméter no cedió:  quería  a su bien amada hija de vuelta. Desesperado Zeus pidió a Hades que devolviera a Perséfone pero el desalmado  le hizo saber que  esto ya no era posible: la joven había comido seis  granos de granada en el mundo de los muertos y por tanto quedaba encadenada a Hades.

Agobiado por la catástrofe inminente de sequía, hambruna y muerte, al no poder deshacer tal suerte pero sí atenuarla, Zeus dispuso que Perséfone pasara parte del año junto a su madre quien en ese lapso debía cumplir su función germinadora. El otro tiempo estaría obligada a permanecer en los confines de la tierra junto a Hades. Seis meses con cada cual, por los seis granos que había ingerido[2]

La subyugante mitología griega sobre el inicio de la primavera es un perenne recordatorio en esta estación del año. Cuando Perséfone se va a los infiernos, las flores entristecen y mueren. Es la llegada del invierno.   En cambio cuando regresa,  las flores renacen por el júbilo que les causa su retorno. Es el canto de alegría por la presencia de la joven.  Nace así la primavera.

Esta mítica leyenda deja más de un aprendizaje.  El imaginario colectivo trata por diversos medios decodificar los mitos griegos y en ese afán realiza análisis a partir de diversas perspectivas bajo una comprensión acorde con una realidad determinada.  Por ejemplo, de haber recurrido a este mito para la columna relativa al 8 de marzo, día internacional de la mujer, habría hecho énfasis en la violencia doméstica, familiar y moral que tanto Zeus como Hades hicieron patente en Deméter y Perséfone.  

Usualmente los mitos son interpretados como juicios de valor, ficciones, cuentos o relatos.  Sin embargo son una realidad cultural compleja que puede ser extrapolada a sucesos de la vida cotidiana. Vamos, ¿Quien no ha sido subyugado por alguno y acaso tratar de encontrar significados particulares?

La mítica historia de Perséfone es un tema ideal para formular un paralelismo con la vida actual.
Pongamos que Zeus es el gobierno, Hades la corrupción, Deméter el desarrollo y florecimiento de las comunidades  y Perséfone la paz, justicia, igualdad. 

La mitología griega afirma que  Deméter exige a Zeus que le regrese a su hija Perséfone. La paz, la justicia y la igualdad traen consigo el desarrollo y florecimiento de las comunidades.  Si asumiéramos una conducta social como la que tuvo Deméter al exigirle a Zeus el regreso de su hija, seguramente el gobierno acataría nuestras reglas -reglas que nosotros hemos impuesto en el origen de todos los tiempos-  y la corrupción al menos, bajaría de tono y de impacto.  Al menos.

Nuevamente el asunto inicia con un primer paso.  Nada nuevo.  ¿Que tan dispuestos estamos a dar ese paso?  ¿Que tan dispuestos estamos a trabajar y no simular hacerlo?  ¿Que tan dispuestos estamos a gritar menos y ser más productivos? ¿Que tan dispuestos estamos en dejar la diatriba, la palabra que ofende porque más no puede ofrecer? ¿Que tan dispuestos estamos de dejar de  invalidar el trabajo de los demás y a cambio fortalecer el propio? 

¿Que tan dispuestos estamos a heredar, sí, heredar un mundo a presente y a futuro en el que verdaderamente haya líderes dignos de ejemplo para  nuestros hijos y los hijos de los hijos? Líderes políticos, industriales, comerciales, agrícolas, educativos, de trabajadores.  Ávidez total, sequía que nos asfixia y que compromete negativamente el desarrollo integral que tanto nos afanamos en buscar como Deméter a Perséfone.

O acaso el infierno de la desolación, el infierno de Hades es al que estamos condenándonos y por ende a nuestros descendientes y a la comunidad?

Que la tierra de los muertos de Hades se cierren y se lleven los nefastos vientos de corrupción, inequidad, impunidad y decadencia social.



[1] Bermejo, J., Barrera, J. C. B., García, F. J. G., & Morillo, S. R. (1996). Los orígenes de la mitología griega.
[2] Garibay, G. K. (1968). Mitología griega (Vol. 31). Jorge Gudiño.

Universidad de Sonora . Origen y destino



La educación superior pública representada mayormente en nuestro estado por la Universidad de Sonora se encuentra a un tris de un verdadero cambio o de una continuidad acorde con la última década. A escasas horas nos encontramos para que la Junta Universitaria traduzca en resultados lo que en reiteradas ocasiones, tribunas, pliegos, desplegados, lonas, manifestaciones, declaraciones, entrevistas, redes sociales, mesas de opinión y de debate hemos estado exigiendo: transparencia en la selección primero de aspirantes  y ahora para la definición de rector de la máxima casa de estudios de Sonora.   

La Ley Número 4, Orgánica de la Universidad de Sonora se publicó  el 26 de noviembre de 1991 en el Boletín Oficial del Estado.  En la exposición de motivos se establece que los Sonorenses requerimos una institución que vaya a la vanguardia de los acontecimientos –lo que sea que esto haya significado en aquel tiempo- se invoca la calidad y la pertinencia de los conocimientos, de tecnología de vanguardia.

La misma ley concibe a la Universidad de Sonora como un elemento estratégico para el progreso del Estado y que por ende debe proporcionársele un marco jurídico adecuado que oriente y norme su transformación eliminando vacíos legales que impiden su crecimiento armónico y su consolidación y fortalecimiento académicos en aras de una capacidad de respuesta como factor de cambio a los requerimientos de progreso de los Sonorenses.  Y ahí detengo mi lectura.

Factor de cambio.

Si hacia 1991 el término factor de cambio podía concebirse de distintas formas, hoy se asume como calidad, aprendizaje, resultados, competencia, mundialización, globalización. Pero no es la pretensión en esta columna comentar hoy sobre temas estrictamente académicos sino más bien en torno al rol de la Universidad de Sonora ante la vorágine del cambio.  ¿Qué ha sucedido en estos últimos 25 años?  ¿Cómo ha actuado y respondido nuestra alma máter?

Muchos y variados acontecimientos históricos mundiales han sucedido desde entonces tales como la Guerra del Golfo, muerte de Freddie Mercury, Lady Di, Madre Teresa de Calcuta,  la Abolición de las leyes del Apartheid en Sudáfrica, el nacimiento de la Unión Europea a través del Tratado de Maastricht, la aparición del radioteléfono y el compact disc. Surge Internet y las redes sociales, las primeras elecciones democráticas en Palestina, la aparición del G8, y de la inolvidable Dolly la primera oveja creada por clonación, la entrada en vigor del euro, la guerra de Kosovo. Suceden los atentados simultáneos contra las Torres Gemelas en Nueva York, terremotos en Haití y Chile, tsunami en Japón, huracán Katrina en Texas,  muere el Papa Juan Pablo II.  Se genera un atentado con bombas en trenes en Madrid y Saddam Hussein fue ejecutado en 2006 en tanto que Osama Bin Laden muere en acción militar de EEUU en 2011.  Barack Obama es elegido presidente y repite en una segunda ocasión.

En México se privatiza Telmex, se crea el Instituto Federal Electoral, (ahora INE) se aprueba el nuevo Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales,-que antecedió a la reforma-  Octavio Paz recibe premio Nobel de literatura. Se firma el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), Joaquín Hernández Galicia, la Quina, líder del sindicato petrolero es condenado a 35 años de prisión, se reanudan las relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano.  Se produce nuevo libro de texto gratuito, asesinan a Luis Donaldo Colosio y después a José Ruiz Massieu, se devalúa el peso, el SIDA es la cuarta causa de muerte en jóvenes de entre 25 y 34 años.   Aumenta el IVA del 10 al 15%... y aumenta el desempleo.   Nace el FOBAPROA, muere Carlos Monsiváis, se incrementa la cartera vencida, volatilidad del peso mexicano, bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, once reformas estructurales entre ellas la educativa cuyos objetivos principales son la mejora de la calidad de la educación, la profesionalización docente, el establecimiento de estándares mínimos de funcionamiento de escuelas, la reducción en la desigualdad de acceso a la educación y el involucramiento de los padres de familia y la sociedad mexicana en su conjunto en la transformación de la educación por medio de consejos de participación, solo por mencionar algunos.

Hemos dicho adiós al cobro por larga distancia nacional y seguimos inconformes por los nuevos precios en gasolina y diésel.  Nuevas cadenas de televisión abierta se sumarán a la competencia y se firmaron los primeros contratos petroleros, entre otros tantos acontecimientos que forman parte del desarrollo nacional con repercusiones en todos los ámbitos.  

Este y más ha sido el mundo en el que la Universidad de Sonora ha estado envuelta los últimos 25 años.  Un mundo que nos es propio y al que a la postre ingresamos al mercado laboral.  Un mundo del que provienen los estudiantes de primer semestre y  aquellos que ingresan a educación continua o a posgrados. La gran pregunta es ¿qué tan preparada se encuentra nuestra institución no para hacer frente a los cambios,  sino mas bien para ser parte activa de una sociedad en permanente evolución? 

Es claro que –a propósito del proceso de rectora o rector de la Universidad de Sonora- se precisan aires frescos que permitan renovar, adaptar y adecuar cambios estructurarles y humanos acorde a lo presente y con visión de futuro.  Más allá de frases o discursos que halaguen al oído, se requieren liderazgos auténticos que influyan positivamente en las personas y los diversos grupos que conforman a la Universidad.  Nadie está peleado con un mejor status laboral, académico o estudiantil.   Son las formas, los comportamientos, las actitudes, políticas y comunicación lo que puede o no hacer la diferencia.  Vayamos por la diferencia que sume, que entusiasme, que provoque hacer las cosas y hacerlas bien.   

Es claro que la Ley Número 4 Orgánica de la Universidad de Sonora requiere una reforma profunda.  Los vacíos y obscuridades, la extrema competencia de la Junta Universitaria o de Rectoría o de cualquier otra instancia administrativa son producto de su origen -justificado o no-  que hoy por hoy la carcome una obsolescencia más patente y más lastimosa cuanto más distante se encuentra de la realidad de la comunidad universitaria.

Un acto de responsabilidad de todos, incluyendo la Junta Universitaria, es pronunciarnos por promover una reforma que privilegie la participación global  y no de unos cuantos. Que asuma que la calidad no es una concepción histórica sino una realización diaria.  Que considere que la acreditación y evaluación de programas educativos son herramientas para mejorar no trámites académico-administrativos de rutina.  Que establezca definiciones y figuras a partir del consenso y sobre todo, que esté ligada con efectividad a la pertinencia y participación social.

Numeralia  (1991-2017)
750 (+) modificaciones a la Constitución Política Mexicana
5 presidentes de la República
5 gobernadores
324 diputados locales aproximadamente han ocupado una curul en el Congreso del Estado de Sonora[1] desde la creación de la Ley Número 4.
26 años depositados en 4 rectores
42 integrantes de la Junta Universitaria entre representantes internos, externos estatal y nacional[2]

Y la misma Ley Número 4, Orgánica permanece.




[1] http://www.congresoson.gob.mx/Legislatura/Historia
[2] http://www.uson.mx/institucional/organos_gobierno/junta_universitaria/

Diseño original



Cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, nos enseñaron en casa que las tareas o quehaceres domésticos debían realizarse por igual, hombres y mujeres.  Recuerdo que era un verdadero pleito entre nosotros determinar las actividades de cada cual y por alguna razón acostumbraba salirme con la mía. Hacer lo que me gustaba no era trabajo.  El asunto era litigar con los otros seis la conveniencia de que yo realizara las que escogía y no las que ellos pretendían asignarme. 

Mi madre,  profesora de escuela primaria, tuvo la sapiencia y la paciencia necesaria para criar sola y  sin distingos a siete hijos, habida cuenta que nuestro padre falleció cuando apenas frisaba los cuarenta años.   Las tías, hermanas de mi mamá, también profesoras, practicaban las mismas políticas en sus hogares asi que no teniamos escapatoria de tareas ni tratos diferenciados ni siquiera en vacaciones.  Total que la tropa de primos vivimos en carne propia la equidad de género, la igualdad de oportunidades  y la igualdad de obligaciones.  El entorno familiar propició circunstancias que hoy valoro y atesoro cada vez más.

A diferencia de nosotros, mi madre y sus hermanas vivieron una época distinta en la que los hermanos hombres tenían ciertas preferencias en casa.  En largas conversaciones de recuerdos  comentaban que en aquel entonces tenían que lavar y  planchar la ropa de los hermanos, zurcir, servirles comida, atenderlos según se les indicara.  Y no es que ellos no hicieran nada. Tenían determinadas cargas en el hogar  (para hombres, of course)  pero al final del día gozaban de privilegios que las mujeres no.  Creo que la educación que recibieron  fue el motivo principal para dar un giro a lo que ellas harían en sus propias familias.

Así que cuando ingresé al ambiente laboral ni por asomo pensé en términos de desigualdad, inequidad o falta de oportunidades por el hecho de ser mujer.  La formación en casa nos había preparado para que a través del esfuerzo, capacidad, disciplina y responsabilidad pudiéramos lograr todo aquello a lo que aspirábamos en la vida.  La cosa era no cejar, no claudicar.   Nadie hablaba en casa sobre cuestiones de género. Ese tiempo había quedado sepultado junto con la niñez y la juventud de los parientes que vivieron otros tiempos. Pero ni en todas las familias ni en todos los ambientes laborales es igual.  

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la directora ejecutiva  de ONU Mujeres, Phumzile MLambo-Ngcuka[1] pronunció un intenso discurso en el que entre otras cosas abordó la división desigual del trabajo en el hogar que muchas veces reduce el tiempo para el aprendizaje de mujeres y niñas e incluso disminuye sus posibilidades de trabajo remunerado y libre elección educativa más allá de las carreras tradicionales para mujeres como son las áreas de servicio y atención.  Pocas mujeres participan en la industria, ciencia y tecnología.  Algunas se atreven a incursionar en política, por ejemplo.  Hacerlo y hacerlo bien requiere altas dosis de energía mucha de la cual se irá en defenderse... de las propias mujeres.   

No somos justas con nuestras congéneres en muchos de los casos.   Hillary Clinton, Dilma Rousseff,  Michelle Bachelet, Cristina Fernández, Michelle Obama, Margaret Thatcher son claros ejemplos de mujeres brillantes, inteligentes, astutas, sagaces y seguras de sus personas que han tenido que soportar las más duras críticas por ser mujeres no por ser políticas en sí mismas.    La simpleza de la frase una mujer en la política se torna francamente peligrosa sobre todo porque nadie pronuncia un hombre en la política.  Sutilezas que llegan a envenenar mentes sembrando diferencias por género no por capacidad y competencia.  Creo que uno de los problemas a abordar y tratar al corto plazo es la misoginia que se manifiesta ya no en su crudeza original sino refinada a niveles absurdamente increíbles.   A mayor misoginia menor cerebro, es claro.  Pero mientras tanto daña a quien afecta. 

Estudios de la UNESCO indican que en 2016 menos de la mitad de los paises del mundo habían alcanzado la paridad de género en educación primaria y secundaria.  35% de mujeres en el mundo han sido víctimas de violencia física y/o sexual en tanto que el 75% de los 774 millones de analfabetas en el mundo son mujeres[2].  Entonces, la palabra hablada o escrita sobre la mujer y su empoderamiento quizá subyuga pero los números aterran de seguro.   ¿Que estamos haciendo las  mujeres por las mujeres?.   En el círculo más cercano, en el ámbito laboral, familiar, ¿Que hacemos?

Cada país, cada comunidad y cada familia tiene su propia historia de mujeres que han construido a las suyas. Mujeres que ya se han ido cuyo ejemplo atemporal ante la no presencia física sigue influyendo en las hijas y las hijas de las hijas.  Es pulir cada edición con el sello del diseño original de ser mujer. Eso debiera ser uno de los compromisos a asumir. 

No puedo decir que ha sido fácil.   La historia escrita está.  Tampoco lo será en el futuro inmediato, el presente lo delata.  México, si bien se encuentra inmerso en la vorágine del empoderamiento de la mujer,  lo cierto es que no existen programas permanentes que verdaderamente promuevan y midan  lo alcanzado.  Irónicamente existen una serie de programas de apoyo a la mujer y ya desde ahi tenemos el problema de ser definidas (?) como carentes de algo.  Y si de carencias hablamos, habría que analizar el fondo de la cuestión. 

Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libre en sus capacidades y personalidad. Indira Gandhi






[1]http://www.unesco.org/new/es/womens-day
[2] http://www.unesco.org/new/es/womens-day