Cosas de Reyna

Arrebatos carnales.


El título del libro subyuga. La trama atrae. Los protagonistas atrapan. Es la historia de los próceres de México vistos como simples seres humanos, con sus flaquezas, debilidades, deseos, deslices, amores y desamores: Maximiliano y Carlota, Francisco Villa, Sor Juana Inés de la Cruz, José María Morelos y otros mas, tuvieron una libertad sexual que escasamente se diferencia a la de nuestros días.


Francisco Martín Moreno, es el autor del best seller Arrebatos Carnales, donde a través de sus páginas nos presenta a los héroes y heroínas: aquellos a los que casi santificaban nuestros maestros de primaria y secundaria y de quienes nos obligaban a aprender sus hazañas y sacrificios a favor de la patria. Pero ahora vistos a la luz de sus arrebatos y pasiones. ¡Vaya! –pienso- Si me hubieran enseñando historia aderezada con algunas pinceladas de simple mortalidad, seguro que tuviera un mejor conocimiento de ella.


Como suelo hacer con algún libro que realmente me interesa, trato de no leerlo de inmediato ni de un solo golpe. Lo saboreo. Reviso la portada y contraportada. Busco información sobre el autor. Dejo el libro en mi sillón favorito. Luego lo llevo al buró para al final, leer detenidamente. Igual me instalo en cualquier lugar que sea propicio. Hago pausas y echo a volar la imaginación, que no es precisamente escasa. Imagino a Carlota por los amplios pasillos del Castillo de Chapultepec. Con esos ropajes tan amplios. O a Benito Juarez en plan de amante. ¡Oh Dios! No, no. Pero sí me figuro a Pancho Villa: recio, alto, fornido. A Morelos me hubiera gustado conocer. ¡Oye! Mira que pelearse a machetazos por una mujer! ¡Caramba! Además feo no era. Mmm ese paliacate no le quedaba mal aunque me pregunto si acaso ocultaba alguna calvicie.


Me detengo en esa carrera de la imaginación. Respiro profundo y preparo café. Regreso y tomo el libro de vuelta. Haber, haber, tengo que leer despacio y a conciencia. ¿Hasta que punto quiere llegar el autor? ¿Hasta que punto estoy dispuesta a aceptar su información? Advierto que es un libro bastante documentado. Muy.


Claro está que no se trata de demeritar lo que cada uno de ellos hizo en pro de la nación, solo se trata de bajarlos de ese pedestal absurdo construido a conveniencia y percibirlos como lo que son: Personajes de carne y hueso que tuvieron a su lado una, o dos o más personas con quienes compartieron sus intimidades más allá de lo oficial. Esto no los hace menos héroes o menos importantes. Los hace mortales.


En este libro que ocupa el primer lugar en ventas en México, Martín Moreno relata que Maximiliano era homosexual aunque tampoco desdeñaba en contadas ocasiones a las mujeres. El amante preferido de Maxi fue Carlos Bombelles, con quien compartió lecho y orgias. Carlota lo supo durante su luna de miel. O sea que ni luna ni miel. La locura de Carlota ¡fue fingida para esconder el hijo que procreó fuera de matrimonio! Las famosas cartas de amor entre ellos fueron mera fachada. ¡Ah caray!


28 fueron las esposas de Francisco Villa, quien no dudó incluso en disfrazar de jueces o sacerdotes a sus soldados con tal de obtener el sí de las mujeres elegidas. El Centauro del Norte quería que sus mujeres tuvieran la conciencia tranquila de saberse casadas. ¡Todo un caballero! Ja. Debió habérsele llamado el Centauro sexual. Le hubiera sentado mejor. El hilo conductor de la historia redactada como novela, es de por sí interesante. Erotismo puro. José María Morelos era un encendido amante. Por despecho decide ingresar al sacerdocio. ¡Mira nada más! O sea que si no hubiera sido por esa mujer, jamás hubiera conocido a Hidalgo y por ende no se hubieran dado las consecuencias políticas que conocemos.


Sor Juana Inés de la Cruz tenía relaciones lésbicas, en tanto que Benito Juárez fue padre de 13 hijos; Miguel Hidalgo procreó tres y José María Morelos, seis. El sacerdocio no fue impedimento. Venustiano Carranza tuvo 4 hijos fuera de matrimonio. Porfirio Díaz, ese hombre seco y adusto, pues de seco no tenia nada y de adusto menos. Vivió en amasiato con su sobrina carnal, Delfina Ortega, luego casó con Carmelita.


No, este libro no es el kamasutra a la mexicana ni denigra a los héroes que tampoco dejan de serlo. Conocer sus vidas amorosas, de lujuria, placer, amor y desencuentros solo los ubica como lo que fueron: personas con sentimientos que tuvieron en distintos momentos de su vida placeres y amores. Simple y llanamente.


Lo cierto es que el mapa de la historia mexicana no escapa, al igual que la de cualquier otro país, a la vida erótica de sus próceres. A aquellos personajes se les entiende y hasta comprende. Finalmente contribuyeron a hacer patria. ¿Cómo esperar que tan encendidos líderes fuean pasivos en la intimidad?


Esa misma fogosidad en la cama no era mas que el reflejo de su temperamento encendido por hacer una nación libre; tenían ideales y lucharon hasta la muerte por ellos. Por heredarnos algo mejor que lo que ellos recibieron. Excepción hecha claro está de Maximiliano… y de tantos políticos de ahora.


A ellos ni como comprenderlos.

1 comentario:

  1. Reyna,
    ¿Cómo estás?, Oye te quiero felicitar por tu comentario. Resulta que yo trabajo con Francisco Martín Moreno, y navegando hace unos minutos me encontré con tu reseña, muy clara y muy amena, que denota tu capacidad de síntesis y por lo tanto tu inteligencia despejada. Te felicito una y mil veces más.
    ¡Que vivan las mexicanas como tú!
    ¡Saludos a Sonora!
    Leonardo

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