Cosas de Reyna

¿Cuál es el mejor gobierno?


 

A propósito de campañas electorales, cabe reflexionar sobre el particular no en el sentido de quien o quienes son los mejores  o que partido político es el más idóneo para que sus contenientes ocupen cargos de elección popular sino en todo caso, con quienes se hará mejor gobierno.
Se ha derramado mucha tinta ya sobre este tema pero nunca será suficiente.  No al menos mientras las autoridades sigan desligadas del sentir social o mientras continúen la práctica del yo-yo como oración cotidiana pero sin muestras claras de ser auténticos servidores públicos.
Como nunca, estamos viviendo en los municipios una crisis que nace en las oficinas de los Ayuntamientos y se manifiesta todos los días en la vida  cotidiana de las   comunidades:  mala administración, deficiencia de alumbrado público, recolección de basura, pavimentación, jardines, áreas deportivas, y un largo etcétera que no se le ve fin pero que si se le ve el desencanto y frustración social.  Es cosa de recorrer algunas calles para saber cómo y qué tipo de gobierno padecemos, sin desconocer desde luego que como habitantes estamos obligados a ser y tener un comportamiento ciudadano que permita una convivencia mejor.  Pero, ¿no es acaso necesario un buen liderazgo para motivar y tener esa mejor convivencia social? 
Se afirma que la crisis nace en las oficinas de Ayuntamientos porque es justamente ahí donde se ponen realmente a prueba quienes ganaron las elecciones.  Es en este lugar donde el liderazgo, la capacidad, competencia, nivel de dirección, de rumbo y de desarrollo se deben manifestar ampliamente y en un tiempo máximo de tres años.  Tarea no sencilla pero tampoco imposible. Y para eso están.
Muchos munícipes del ejercicio 2015-2018 habrán de echarse a cuesta tareas de altas magnitudes porque tendrán que en el mismo plazo sacar adelante programas remediales a la problemática que nos aqueja. ¿Acaso no es lamentable que sigamos hablando de los mismos temas/problemas sociales que deberían hace mucho haber dejado de ser tales?  En pleno Siglo XXI, después de muchas administraciones y de muchos millones de pesos ejercidos, seguimos con los mismos baches, con los mismos semáforos muertos, con los mismos edificios vetustos, con las mismas calles y avenidas llenas de tierra, de suciedad, de esperanzas fallidas, de discursos con promesas que murieron apenas se pronunciaron  o quedaron olvidadas porque sí o porque había que atender otros intereses
Ojalá que cada uno de nosotros desde su centro de trabajo, familiar o de amistad, hagamos crecer la voz y darle vida como una sola demanda, que se escuche, que se sienta y que se grabe:  Exigimos gobiernos de verdad, de compromiso, de hechos y realidades.  Escuchemos sí, a los contendientes por diversos partidos políticos no solo en cuanto a sus propuestas de trabajo -que finalmente son similares todos- y concentrémonos en los cómo, es decir, en las propuestas con enfoque, con actividades y programas reales y posibles.  Ya no más discursos para halagar el oído o encender los ánimos de unos contra otros.
No hay secreto ni fórmula que inventar:    El mejor gobierno  es aquel que sabe responderle a su comunidad primero con una administración competente, con experiencia  y segundo,  a partir de las necesidades y demandas que se le formulan;  el que tiene un cercano contacto social, de apertura y de madurez para aceptar que en las diferencias también existen grandes posibilidades de sumar en la construcción de mejores espacios donde todos seamos parte.
 
 
 
 
 
 
 
 

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