Cosas de Reyna

Carta a María Magdalena

Queridísima y apreciada María Magdalena:

Espero que al recibir la presente, estés gozando de la vida celestial al lado de tus seres queridos, como corresponde. Yo acá bien, gracias a Dios.

Aunque dialogo contigo en múltiples ocasiones, desde hace tiempo tenia la inquietud de escribir esta misiva. Sabes que mi cultura religiosa es algo escasa. Ante ese supino desconocimiento, tu persona y vida me causan tanta curiosidad, tanto interés –que no de tipo morboso para nada, conste- porque bueno, eso de que estuviste tan cerca de Jesucristo ha de haber sido ahora sí que una experiencia religiosa sensacional, querida. Mira: entre más leo, más ideas vienen en torno tuyo, tantas como interrogantes personales se presentan con ello. No conforme con eso, poseo una mente bastante libre y aunado a que me gusta pensar, atar y desatar cabos, ¡pues ya sabrás! Digo, discúlpame pero así ha sido.



He tejido ideas, creado y recreado escenarios. No te molestes, no quiero ser irreverente ni invadir la privacidad que cuidaste y protegiste con tanto esmero. La discreción demostrada en todo momento es digna de encomio: Entre ser señalada o poseer fama y fortuna, optaste por lo primero, tal vez incluso sin pensar. Querida, sé que el objetivo valía con creces la pena, aunque eso no te quita mérito y reconocimiento. Al contrario. ¡Bravo, amiga!



¿Estás enterada que Dan Brown escribió sobre ti en su novela El código Da Vinci hace ya algunos años? ¡ Uy si vieras la revolución que se ha desatado desde entonces! . Por supuesto que antes de esa magnífica novela había voces y susurros alrededor de tu subyugante historia, pero nada que no se pudiera mas o menos controlar por los interesados. Andanadas de elogios, aludes de críticas, manifestaciones de tus tantísimos fans, pero también de otros que no lo son, con la pena.

Mira que si estuvieras aqui, no terminarías aún de firmar autógrafos. Los reflectores de Hollywood te tuvieran ciega materialmente y Oprah no acabaría de entrevistarte con mil y un cuestiones que abordar desde distintas ópticas. Si te digo, esto es un caos y tema que no acaba. Eres como quien dice la comidilla en círculos sociales, religiosos y hasta políticos. Imagino a la gran Oprah entrevistándote, entrando a tu vida mediante sus inquisitivas preguntas sobre tus distintos roles de mujer, de dizque prostituta, de amante, de líder, de cercanía a Él, de quien se dice que recibiste grandes enseñanzas ideológicas de las cuales algunas no trasmitiste a Pedro. Mujer forever, siempre guardando algo para ella. Porque sí te reservaste algo ¿no es así? Oprah hubiera hecho lo suyo. ¡Si la conocieras!

¡Que vida tan agitada, querida amiga! Fuiste y serás por siempre reconocida como mujer intensa, leal, apasionada, entregada a sus ideas y causas plenamente convencida aunque en ello corriera grandes riesgos. De entre todos los personajes bíblicos, destacas por tu hechura humana con debilidades, tropiezos y virtudes. Porque cometiste hierros y aciertos. Porque supiste ser y estar. A lo mejor es por eso que te sentimos tan cerca y gozas de tantas simpatías. Además sabias reír y también derramaste lágrimas amargas cuando tu corazón fue cruelmente estrujado. He ahí una mujer dispuesta y puesta: No medías el riesgo porque te entregaste a lo que creías. ¡Va otro enorme Bravo querida!



María Magdalena, que bárbara, sinceramente que la tuviste difícil acá: viste a Cristo crucificado, ayudaste a sepultarlo y a la vez te distinguió al ser la primera en verlo resucitado. Deveras que eres única.


No quiero entrar en el tema que tanto te duele referente a la grey católica que te encasilló en situaciones que probablemente no sean de tu agrado ni te hagan justicia. Tampoco interesa ahora hablar de Pedro, quien se molestaba contigo e iba presuroso con Él a quejarse de ti porque –en su opinión- hablabas mucho y no sabias guardar silencio como acostumbraban las mujeres en aquella época. ¡Ay! ¿Te imaginas si Pedro como mortal en este momento estuviera aquí? Seguro que se espantaba, te vería ya con otros ojos y sin hostilidad. A lo mejor hasta cambiaba de opinión respecto a tu persona y huía aterrorizado de nosotras que ahora somos más echadas para delante y difícilmente callamos. Ahora que lo pienso bien, a lo mejor por eso tu comportamiento era señalado. Si en el 2009 sucede cada cosa ¡imagínate en tu época! De plano, tu valentía es de reconocerse amiguis.




Por cierto, sabes que hay fuertes rumores de que en realidad eras la señalada para asumir el mando de la iglesia católica? No es por intrigar pero se dice por muchos que Pedro se te anticipó, por decirlo de manera suave.



Me invade la curiosidad y no puedo evitar preguntarte: ¿Realmente era Él tan guapo? Déjame decirte que ha habido pintores y escultores que lo han plasmado en sus obras de distinta manera: a veces demasiado delgado, lacerado muchas otras o bien con un rosto iluminado de alegría y otras con sombras negras, negrísimas de tristeza. El manto de Turín para que te enteres, ha pasado por innumerables pruebas. No si te digo que somos únicos en eso de buscarle y buscarle. No tenemos fin.



¿Te molestan mis preguntas y observaciones? Es que se me olvida eso de tu santidad y que debo tratarte como tal. Te suplico me disculpes y tomo como escudo de ello la amistad que nos ha unido durante tantos años. Sé que como buena amiga me vas a entender así que continúo. No te desesperes, ten paciencia y escucha:



Figúrate: hace ya más de dos mil años que estuviste acá en la tierra y poco ha cambiado en esto de ser mujer, tarea nada fácil pero a la que no renunciamos por ningún motivo ya que afortunadamente tiene enormes satisfacciones. ¿Recuerdas lo que sufriste cuando estuviste aquí? ¡Vieras amiga como te echamos de menos! Tú sí que sabes entender a las mujeres de carne y hueso, las que vibramos a la par de nuestros sentimientos, de la autenticidad en lo que somos y hacemos. Te sentimos cerca, eso ni dudarlo. ¡Que te puedo decir si lo sabes perfectamente! En resumen, nos haces falta y aplaudimos que poco a poco se va reconociendo la verdadera categoría, nivel y trascendencia que reviste la persona llamada María Magdalena.



Ya que estamos en esta franca conversación, dime que sientes cuando te das cuenta que tienes tantas seguidoras. ¡Seguro que ni te la crees! Has de pensar que te has vuelto una moda. Por cierto, me encantan los atuendos que usaban. ¿Es cierto que ese color tan bonito que aplicaban a sus telas provenía de una semilla? En algunas películas, entre ellas Ben Hur aparecen artistas con atuendos que me hubiera gustado usar, tanto como fascinado vivir aquel tiempo. Por cierto, hace muchísimos años leí Caballo de Troya. ¡Ay querida!, me provocó una crisis existencial-espiritual que para que te cuento. Era tan vívida la narrativa que sentía que andaba en aquellos rumbos.



Pero eso fue hace mucho tiempo. Creo que pasé por distintas etapas espirituales-religiosas pero aclaro que no he dejado de creer en Él ¿de acuerdo? No te molestes por favor y apelo a la cantidad de veces que tu corazón estuvo agitado, con huecos o sombrío. Se siente tan mal ¿verdad? Te digo que esto de ser mujeres intensas tiene su precio, pero ambas sabemos que todo vale la pena. ¿A poco no? Hay muchos más días de sol que de lluvia. Y la lluvia tiene tambien su encanto... así que adelante.



No quiero perder el hilo de esta conversación: como suele suceder entre mujeres, saltamos de un tema a otro sin olvidar el anterior para retomarlo más tarde. Por eso los hombres pocas veces pueden seguir el ritmo de nuestras pláticas. Ni te pregunto sobre esto. Me imagino a Maria, Marta y tú, en sus largas conversaciones privadas. Con tantos sucesos importantes que tenían en forma constante, cuando no era una cosa era la otra. No pues de seguro nunca acababan de platicar.




¿Qué te parece el reposicionamiento que estas teniendo entre la grey católica y la no tan católica? Mira, eso de que fuiste o no servidora pública no es motivo de discusión para tus seguidoras. Entiendo que en ninguna parte de los Evangelios se dice nada al respecto y por lo que a mí concierne, no es tema que me interese, sobre todo porque considero que la peor prostitución es la espiritual. Ahí si que ni como remediar.



¿Sabes que en internet aparece tu historia en millones de páginas? ¡Uy si vieras! Hay de todo: que si la historia tuya con Él es una completa mentira, que si es producto de la novela El Código Da Vinci, que si esto que si lo otro. Con todo respeto amiga, como suele suceder entre dos personas, solo ellas y nadie, nadie más sabe o conoce la verdad lisa y pura. Eso es sagrado, con perdón del término, ¿pero cuál otro para ser más contundente?.



Vale la pena mencionar que para muchas de nosotras eres una gran líder, como lo he dicho y refrendo ahora. Al final, no es relevante si fuiste o no una prostituta arrepentida. Lo significativo es que eras la discipula predilecta, tanto así que enfrentaste a Pedro en los albores de la iglesia. ¿Recuerdas la obra Jesucristo superestrella? En ella se te brinda tremendo homenaje como icono del feminismo: liberada, no sujeta a subordinaciones inútiles y sin sentido, capaz de discernir y hacer valer su opinión. Luchaste por ser tratada como una igual con los apóstoles –aunque sabemos que en múltiples ocasiones los superabas- ¡Caramba Maria Magdalena! ¡Que temple tenías dentro de tu personalidad tan aparentemente tranquila! ¡Bravísimo!



Bueno, parece que me extendí demasiado. Te digo que cuando empiezo a escribir difícilmente logro desprenderme. Algún dia platicaremos frente a frente –eso espero- y podremos acaso abordar esos otros temas que están pendientes. Mientras tanto, ojalá que sigamos con estas conversaciones. Me dá mucho gusto saludarte de nuevo y saber que como sueles hacer estás ahí para escucharme.

Recibe mi cariño por siempre.

Tu amiga,
Reyna.









2 comentarios:

  1. Reyna, es admirable com o manejas las palabras, bravo por ti y por nosotras las MUJERES.
    HERME

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  2. Mi querida amiga Reyna, Uno de estos días estaremos conversando frente a frente y verás que tenías mucha razón en la mayoría de las cosas que me dices...Por lo pronto seguiré escuchando tus atinados comentarios y reflexiones...Me gustaría mucho que ofrecieras un discurso sobre la peor de las prostituciones : La espiritual! Ja! Para verle la cara a Pedro y después compartir esa alegría contigo... Me hubiera gustado mucho que fueras mi amiga en aquellos tiempos, hubiéramos armado una revolución femenil de aquellas! JaJaJa
    Igual agradezco todas tus palabras y también recibe mi cariño por siempre!
    María Magdalena

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