Cosas de Reyna

Liderazgo frustrado o el líder que no ha sido.

De unos días a acá he estado pensando sobre el liderazgo político. Es decir, es un tema que recurrentemente comentamos en las aulas universitarias, pero por alguna razón he estado reflexionando sobre este tema con mayor énfasis. De repente me asalta la idea que sí sé porqué: Estamos viviendo más intensamente esta política mexicana que se desdobla a niveles tristemente más bajos. Leo, veo y observo. La caída está a ojos vista. El motivo es un número: 2012. La sociedad poco o nada contamos realmente.

Cuando tomaba mis clases de maestría, los profesores eran enfáticos: nos hablaban del perfil del líder y sus características; analizábamos la relevancia de que cualquier empresa que se preciara de serlo contara con una persona que supiera dirigir, administrar y consensuar. A través de los muchos ejercicios –reales y ficticios- que practicamos como trabajo en equipo con mis compañeros, pudimos apreciar y constatar que así era. En las empresas, un liderazgo efectivo es casi sinónimo de éxito pues regularmente va acompañado de cualidades tales como responsabilidad, planeación estratégica, rumbo, conciencia social. Académicamente, ahí en las aulas universitarias aprendimos el cómo y el porqué.

El asunto se complica en la vida real: El liderazgo en las empresas dista con mucho del liderazgo político. El más exitoso es desde luego el liderazgo empresarial por razones naturales de su entorno, origen y desarrollo. Y aquí es donde me asaltan las inconformidades ¿Por qué no tenemos un liderazgo político? ¿Por qué no existen líderes de verdad que conduzcan a la sociedad hacia mejores estadios de desarrollo? ¿Acaso es que además de liderazgo político faltan liderados, es decir, personas que permitan ser conducidos o guiados?

Me explico. Cada día se lee en la prensa una serie interminable de demandas, quejas, molestias y rechazo social a la forma de gobernar de distintas autoridades de los tres niveles. Los temas son ampliamente conocidos: inseguridad pública, legisladores que exhiben mas su ignorancia, magistrados que resuelven desde su burbujita de cristal, insensibilidad social, escasa/nula generación de empleo, más universitarios que egresan pero sin obtener al final un empleo y ni forma de crear empresa porque se requiere capital; homicidios y mas homicidios, etcétera. El gobierno se desgarra las vestiduras asegurando que “irá hasta las últimas consecuencias”. No es eso lo que demandamos: Lo que exigimos es que no suceda tanta atrocidad. La prevención es el rumbo pero al parecer ésta escasamente se aborda. Hay mas combate que prevención.

A nivel municipal se exacerban los problemas pues es ahí donde las comunidades resienten más las ineficiencias e ineficacias de la autoridad.

A estas autoridades se les olvida que gobiernan para todo el territorio y no solo para cuando se celebran sesiones de cabildo y solo a los ediles. Aunque ahí se encuentran los representantes de los distintos partidos políticos, lo cierto es que se debiera tener sensibilidad social y política suficiente para difundir las acciones y decisiones de gobierno. Ir más allá incluso y fomentar una real participación ciudadana. Ser incluyentes.

En Sonora, todos los ayuntamientos tienen la obligación de presentar un plan de desarrollo municipal al inicio del período (3 años) y en él establecer el rumbo en todos los órdenes: empleo, educación, seguridad pública, cultura, deporte, economía, industria, desarrollo rural, etcétera. Tan importante es elaborar este documento como difundirlo, ejecutarlo y mejor aún, evaluarlo. En suma, es el documento rector de desarrollo. Ahí se encuentra –se supone- el diagnóstico de la situación en todos los órdenes y los objetivos y metas a alcanzar durante los 3 años de gobierno. No se trata entonces de ir parchando o inventando en el transcurso del tiempo lo que se le ocurra al presidente municipal, o al síndico o al amigo del amigo, o al que quiere quedar bien con alguna idea brillante, que dicho sea de paso suelen ser puros disparates. Gobernar es una responsabilidad cuya medida es el reclamo o el reconocimiento social.

No es tarea fácil. Gobernar no es dar un discurso o inaugurar un evento. No es tampoco buscar la fotografía o cortar el listón. Gobernar es incluir, consensuar, dirigir con rumbo y con conciencia social. Es evaluar resultados y ser capaz de asumir errores y corregir. Los líderes de verdad educan, no ordenan. Los líderes reales guían y conducen, no doblegan voluntades. Los líderes reales aprecian y valoran las críticas, los falsos descalifican y se burlan.

Por otro lado estamos nosotros, la sociedad. Los supuestamente liderados. ¿Nos consideramos liderados? Creo que no. Sentirse liderado implica para empezar, confianza en lo que el líder está haciendo. ¿Es así? Sentirse liderado es también tener certeza en que hay rumbo en las acciones porque existen objetivos y metas conjuntas. ¿Podemos decir que sí? Ser liderado conlleva aceptar decisiones que no nos simpaticen en lo personal pero que entendemos que son en pro de una colectividad.

A varias personas formulé las anteriores preguntas. Ninguna de ellas respondió positivamente. Los comentarios no se pueden publicar, pero el lector con su imaginación puede asumir cuales fueron.

Líderes de papel y de cartón hay muchos. Líderes de bla, bla, bla. ¡Uf! Tantos. Pseudo líderes, vividores del sistema, acomodaticios, de corbata y gel, de sonrisa babosa, de callar ignorante (hablar delata).

En fin, creo que no debemos permanecer en estas inercias. Creo que esta sociedad debe actuar a la medida de cada cual para procurar tener las comunidades ansiadas: tranquilas, seguras, en desarrollo, generando empleo, innovando, trabajando con rumbo y con certeza de que estamos haciendo bien las cosas. Señalar cada vez con mayor énfasis las acciones negativas de las autoridades; exigir debe ser la consigna. Nuestra trinchera es el espacio en el cual nos desenvolvemos diariamente.

No tenemos líderes políticos ni autoridades municipales que los sean, pero sí estamos obligados a ser una sociedad consciente y responsable porque al final de todo somos nosotros quienes estamos recibiendo el perjuicio de las incapacidades y desatinos de quienes nos gobiernan.




1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo Dra., parece que los tenia enfrente en un salón de clases y los estaba describiendo. Será que ya no tenemos de donde escoger?. Será que estamos tan acostumbrados a lo malo y pésimo que ya nada nos asombra? O será que el sistema ya dió lo que tenia que dar? Lo que será, será!!!

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