Cosas de Reyna

Reflexiones



La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante.

Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla.

Las tareas cotidianas jamás impidieron a alguien seguir sus sueños.

Pocos aceptan el peso de la propia victoria. La mayoría desiste de los sueños cuando éstos se tornan posibles.

Toda persona tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando: Lo único que no puede hacer es olvidarla.

En efecto, las anteriores son frases de Paulo Coelho, el escritor nacido en Río de Janeiro quien es hoy por hoy uno de los escritores más leídos del mundo. Ventas de más de 50 millones de libros lo refrendan. Curiosamente y dado el contenido espiritual de muchos de sus mensajes, en algún momento de su formación inicial no soportaba ni rezar ni ir a misa. Su padre deseaba que fuera ingeniero pero Paulo encuentra su vocación en la literatura. Ante este choque de ambos por el futuro del segundo, inicia actos de rebeldía que se asumen como síntomas de enfermedad mental y es internado por dos ocasiones en un hospital psiquiátrico sometiéndolo a sesiones de electroshock. Los problemas familiares y personales continuaron por bastante tiempo. La historia de Paulo Coelho es fascinante por la serie de vicisitudes que en cada etapa de su vida que construyeron sin saberlo, una personalidad mundial como la que es.

Como sucede con frecuencia, inicios difíciles o tormentosos derivan en vidas plenas y llenas de realizaciones. No estoy significando que esto es exclusivo de las grandes personalidades, como tampoco se trata de fama, poder o dinero en abundancia.

Al final de la historia, cada uno de nosotros lucha por sus ideales y por sus creencias. Algunos claudican y otros no. Razones hay muchas tanto para unos como para otros. El caso es que en la medida que persigamos nuestros sueños sin perder de vista el horizonte; mientras vivamos de la mejor manera posible el aquí y el ahora; en suma, en tanto seamos congruentes en el decir con el hacer, habremos alcanzado entonces un nivel de vida digno como personas.

Llama mi atención por ejemplo cómo en las redes sociales como Twitter o Facebook abundan mensajes positivos y que son enviados a veces en forma por demás abrumadora. Ojalá que esto sirva para que realmente se haga un análisis de comportamiento individual y mejorar lo que consideremos que debemos hacer o bien desprendernos de lo que nos perjudica. No es tarea sencilla sobre todo porque el asunto empieza por aceptar que algo no está bien y, como seres humanos, se nos dificulta esta parte.

De las cualidades que como personas tenemos, destaca la honestidad, que consiste en comportarse y expresarse con sinceridad y coherencia. Es vivir de acuerdo a como se piensa y se siente, con pleno respeto por los demás. Se vale equivocarnos. Lo que no se permite es no levantarse y seguir.

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