Cosas de Reyna

Memoria selectiva


Sucede con tanta frecuencia que pareciera común, ordinario y simple.


Los mexicanos tendemos a olvidar el pasado reciente y traer el más distante al presente. Todavía seguimos sancionando a Pancho Villa, Emiliano Zapata, Benito Juárez o Porfirio Díaz. Es más, aun es tema de debate Malintizin, más conocida como Malinche en cuanto a que si verdaderamente nos vendió al conquistador Hernán Cortés o simplemente actuó por amor. Pero esa es otra historia de la cual –por cierto- se tiene teoría propia.


El asunto es que en materia política es peor. Se señala con índice de fuego fechas como octubre del 68 o el error de diciembre del ´94 pero día a día se nos olvidan los crímenes cometidos ayer. Laxa es la ley y la justicia respecto a los niños de la Guardería ABC o las Muertas de Juárez o las madres que claman llorosas justicia por sus hijos desaparecidos. Pareciera que la nota roja de hoy sustituye a la anterior, cual si fueran páginas que van pasando sin marcar precedente.


Partidos políticos se desgarran señalando al otro como al causante de todas las desgracias nacionales, pero a casi doce años de distancia de la alternancia en el poder, no se advierten cambios sustanciales que den rumbo a la nación. La generación de empleos es escasa y si no, basta ver a miles de egresados de las universidades sumidos en la desesperación que terminan subempleándose porque lo principal es sobrevivir. Médicos, arquitectos, abogados, contadores, administradores y demás, laborando como recepcionistas, cajeros, secretarias, auxiliares de oficina, etcétera. Empleos honrosos por supuesto, pero no acordes a su preparación.


Creo que el discurso aquel de que es poco tiempo para resarcir daños ya no alcanza para justificarse. Las estructuras administrativas y de gobierno son mas engorrosas que nunca, muchas de ellas en manos de personas que ni siquiera poseen un título universitario en aquellos puestos que así demandan. La mayor de las incongruencias e ineptitudes de gobierno.


La memoria colectiva es delgada y selectiva: Ya se nos olvidó la opulencia de Martha Sahagún y los actos ilícitos de sus hijos. Ya no recordamos el rosario de ilegalidades de Vicente Fox o las escandalosas asignaciones de obra pública federal, estatal y municipal. O las irregularidades de los tribunales y consejos electorales en las elecciones inmediatas anteriores.


El que un solo partido político haya ocupado largo tiempo el poder derivó en irregularidades de todo tipo. Tipos que al parecer, han sido sustituidos por otros. Entonces, ¿Dónde está el cambio?. Tal vez fueron demasiado altas las expectativas o muy corto el merecimiento. Lo cierto es que no vemos un proyecto que defina una visión de país a veinte o treinta años. Sobre todo en los municipios: Caminamos erráticos, bajo inercias provocadas por una disgregación social resultado en mucho por la falta de líderes reales y auténticos.


En fin. Recordar el pasado solo para justificar conductas actuales y/o enardecer a las masas con discursos amañados no tiene sentido, pero hacerlo para evolucionar y ser un real motor de cambio que ayude a reconstruir el tejido social en tantos temas que a todos nos interesa, eso sería otra historia.

En otras columnas he mencionado y lo seguiré haciendo: Somos los municipios los que debemos por necesidad y por subsistencia contar con planes de desarrollo local y regional más allá de los tres años o de los seis o de los doce. Requerimos rumbo pero también requerimos analizar y evaluar los avances que tenemos como comunidad en rubros como educación, seguridad pública, economía, etcétera.


En épocas electorales seguramente observaremos algún o varios debates entre los pomposamente denominados líderes de cada partido político. Lideres durmientes porque en los tres años difícilmente destacan. Son Líderes de época, circunstanciales, temporales. Con fecha de caducidad.


De continuar así, no nos sigamos quejando de lo que hemos hecho hasta este momento ni nos asombremos que en 20 o 30 años más, sigamos exactamente igual…. O peor.




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