Cosas de Reyna

Y el relevo generacional que?


Pocas veces se aborda el tema. Tal vez sea por desinterés, por pensar que somos insustituibles, que vamos a durar para siempre, porque vemos lejano el momento de retirarnos y por un largo etcétera enfocado todo a evitar o posponer el inevitable relevo generacional.


Lo cierto es que vivimos tres generaciones a la vez: La que nos antecede, la que precede y la actual. Esta última lleva una doble responsabilidad ya que está obligada a atender a los de antaño y velar por la que está en formación. Su actuar en el presente impacta a ambos lados. La calidad de vida de cada cual estará en función del grado de desempeño que se posea en la implementación de políticas públicas y su ejecución, donde todos nos involucramos en mayor o menor grado.


Pero, ¿a qué exactamente nos referimos con relevo generacional? Al fenómeno que tarde o temprano debe por necesidad darse: que las nuevas generaciones vayan sustituyendo a las más antiguas, de manera tal que el peso del desarrollo social - en general- recaiga en los hombros de los más jóvenes. De ahí que el tema adquiera cada vez mayor relevancia.


Creo que en este caso, una pregunta se puede responder con otra: ¿Qué estamos haciendo ahora por ese relevo generacional inminente? Pensamos y nos preocupamos por los planes de desarrollo gubernamentales, presupuestos, seguridad pública, acceso a una educación de calidad, pero, ¿Cómo medimos que estemos preparando adecuadamente a quienes en el futuro, al corto, mediano y largo plazo habrán de gobernarnos y dirigir los destinos del país? Y no me refiero solamente a los gobernantes. En su más amplio concepto, se puede incluso dirigir el destino de una nación desde el aula misma en sus etapas más iniciales de enseñanza. O desde el seno de la familia. Nadie sabe a ciencia cierta quien o quienes serán líderes. Es más, ni siquiera es posible definir ahora lo que es adecuadamente, pues cada cual tiene una idea de lo que es o debe ser. Entonces, se torna más difícil el determinar - o al menos aclarar- lo que hacemos ahora por el mañana.


Los ejemplos a utilizar son sencillos. Se perciben en la cotidianeidad: Dentro de las estructuras de gobierno ¿Han ingresado nuevas generaciones y si así ha sido, poseen las habilidades y actitud de servicio? ¿Existe el espíritu proactivo y dinámico que se requiere? O, por el contrario, son nuevas generaciones con comportamientos pasivos donde el trabajar implica esfuerzo evitable, donde la holgazanería se disfraza de múltiples ocupaciones y nulos resultados, o bien donde simular es la misión y visión de cada servidor público?


Dentro del sector educativo, fingimos el aprendizaje, lo vinculamos al sector productivo y económico o lo sometemos al escrutinio total del aula a distancias kilométricas de la realidad? ¿Estamos las generaciones actuales viendo solo lo nuestro – mi título, mi posgrado, mi plaza- o asumimos un compromiso global con presente y el futuro?


Y qué tal si nos referimos a nuestra calidad de ciudadanos con el bagaje de obligaciones que conlleva? ¿Somos ejemplo a seguir? ¿Tenemos y fomentamos esta calidad? Es más, ¿Transmitimos esta enseñanza a nuestros hijos?


Nos rasgamos las vestiduras por los índices de contaminación y carencia de desarrollo sustentable. Desde luego que está bien cuidar y vigilar la conservación del medio ambiente, pero ¿hasta qué punto estamos contaminando con actos de corruptela, desidia, falta de valores, de ética y de integridad a las nuevas generaciones? En este México nuestro donde la corrupción no baja sus niveles, donde el discurso se aleja de la realidad o peor aún, no responde a las necesidades sociales, donde el desempleo es la constante y la pobreza aumenta, encontramos pues un abrevadero que muy poco sirve de ejemplo.


Pudiéramos ir formulando un análisis semejante respecto a los partidos políticos, al empresarial, productivo e incluso hasta el religioso. Finalmente todos son parte de una estructura social cuya trascendencia será medida por la calidad de sus componentes.


En suma, la preparación del relevo generacional descansa en cada uno de nosotros aunado a la visión conjunta que como sociedad tengamos.


El futuro será justamente según actuemos en el presente.

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