Cosas de Reyna

Cárteles y sicarios

¿Quién dijo que los mexicanos no sabemos trabajar organizadamente?
Resulta que según un estudio del Departamento de Estado y de Justicia estadounidense, concluye que los cárteles del narcotráfico en México escalaron a la quinta posición del ranking de los grupos criminales del mundo.

¿Que como lograron esto? Profesionalizando a sus sicarios e integrándolos a su jerarquía. Estableciendo manuales de operación, líneas de mando, creando estructuras internas y externas penetrando en círculos políticos, sociales y policiales para crear una amplia red de comunicación y ejecución de planes y proyectos. Tienen visión de futuro porque lejos de ser abatidos por los diversos enfrentamientos y depresiones del mercado derivado de algunas acciones de gobierno donde les retienen la materia (droga, droga y más droga) han logrado posicionarse y pasar a ser traficantes de alta envergadura. Por ejemplo, en el año 2000 solo traficaban el 55% de la cocaína que ingresa a Estados Unidos. A diez años de distancia, envía más del 90%, desplazando incluso a los colombianos. Además, se han infiltrado más en áreas locales (llámese municipios) estableciendo una infraestructura criminal que los vecinos y habitantes de cualquier municipio lo sabemos: narcomenudeo, armas, prostitución, secuestro, extorsión, piratería, contrabando, etcétera.

Cuando leía esos informes, recordaba las clases que tomé mientras cursaba la maestría en administración donde los profesores nos hablaban sobre jerarquías, manuales de operación, productividad, estructuras, visión de futuro, planeación, y otros tantos conceptos. A medida que leía sobre el narcotráfico en México, bailaban en mi recuerdo las clases recibidas de desarrollo organizacional, mercadotecnia, producción y estrategias corporativas. Pensé lo que muchos: como cualquier negocio, el narcotráfico le ha apostado al fortalecimiento de sus estructuras, a la inteligencia estratégica, financiera y operacional. Cuentan con plan A y si falla, está el B, o el C… ¿Qué negocio puede caer o desaparecer cuando se blinda de esta manera?

Por el otro lado, tenemos al gobierno (suponiendo que sea en efecto el otro lado). Un gobierno que se encuentra debilitado, inseguro, dando pasos a ciegas, con una jerarquía endeble, cero productividad, con una planeación nacida en escritorios de funcionarios que no han arrastrado el lápiz en la vida cotidiana como lo hacemos los simples mortales. Un gobierno cuyo sistema político se encuentra dividido, peleándose los unos con los otros (me refiero al mismo lado todavía). Así, cualquier acción que se estime importante, como es la detención de tal o cual delincuente por mayor que sea, seguirá cayendo en saco roto, pese al escándalo mediático que de ello se hace.

No se puede atacar organizaciones bien estructuradas con otras que no lo son. No se puede tener efectos contundentes ni avances significativos cuando las estructuras humanas están podridas desde adentro. Imposible.

Por ello, los presuntos golpes al narcotráfico resultan con mucho, simples toquecitos de hombros.

Es cierto que al crimen organizado no se le puede desaparecer de la faz de la tierra. Pero se le puede contener. Esto sucederá cuando el país se fortalezca internamente lo cual veo remoto: Si existe una estructura compleja y difícil es la de la administración pública. Ahí, donde se ejecutan las leyes y se integran las averiguaciones previas mediante la institución del ministerio público. Ahí donde están las aduanas y las vías de comunicación terrestres, aéreas y marítimas. Ahí donde se encuentran los altos funcionarios que extienden permisos, licencias y autorizaciones. Ahí donde la corrupción es boleto de lotería. En esos lugares Calderón no tiene precisamente a la gente más capaz. Comete el error de colocar amigos e ineptos. ¿O por ineptos son sus amigos?

¿En que han derivado las -calificadas por el propio gobierno como- exitosas acciones contra el narcotráfico? Han caído jefes policiacos, presidentes municipales, diputados, funcionarios y otro tanto pero no hemos visto ni se menciona en que impactó. ¿Acaso hubo menos droga circulando? No. ¿menos consumidores? ¿menos daño? No. Simplemente se saca a circulación la habida en el plan b. El éxito del narcotráfico radica en inteligencia más que en burdos planes de forajidos.

Sí, los mexicanos somos muy capaces de trabajar en equipo. En establecer estrategias y tácticas adecuadas para conseguir resultados. Solo que esa capacidad se está puliendo en el lado de los malos. Debiendo ser el país desarrollado que la naturaleza y nuestro pasado se empeñaron en darnos, somos tristemente reconocidos a nivel mundial por ser el nuevo colombia, así con minúsculas por la vergüenza que provoca.

El gobierno debe asumir la parte que le corresponde y actuar en consecuencia. Mas de seis millones de jóvenes no tienen acceso a la educación preparatoria y/o universidad. Tampoco tienen donde emplearse dignamente. Su “mejor” opción es integrarse a alguna red de delincuencia. La fuerza de trabajo de los grandes capos está cubierta. Si alguno de aquellos cae, se suple prontamente. La rotación de empleados no constituye problema.

Ni el Plan México mediante el cual EEUU aportaría mas de 500 millones de dólares anuales o la Iniciativa Mérida que resulta ser el proyecto internacional de EE con México y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado ni ningún otro plan semejante habrá de tener significativo éxito en tanto no se eche a andar un plan nacional de rescate a las Instituciones que han sido tomadas por el peor de los cárteles y sicarios de la democracia disfrazados de paladines justicieros de los municipios y los estados.

Gobernantes negligentes, grises, volátiles de pensamiento, oscuros en sus actuares. Los que prefieren callar y posar para la foto porque solo asi les resulta fácil no comprometerse: Hablar les produce terror porque no hilan ni dos palabras con sentido. Gobernantes cuyos sicarios son llamados secretarios, directores, jefes y ayudantes. O diputados y senadores. Las narcomantas son, traducidas al lenguaje oficial, las reformas fiscales y los asesinatos son tantas y tantas esperanzas rotas de miles de familias que han truncado sus aspiraciones de empleo y vida digna. Las muertas de Cd. Juarez siguen esperando. Los 49 niños de la guardería ABC también. Y otros, y otros y otras. Tan criminal es el que asesina con droga como el que mata con negligencia y corrupción la dignidad de las personas y de las comunidades.

A este cártel oficializado y sus sicarios no se les combate con balas ni con acciones: Se combate con el señalamiento diario, preciso y contundente de las acciones de gobierno que no se cumplen o que no se realizan, se combate con crítica positiva: la que propone, sugiere y actúa; se ataca con el cumplimiento del deber ciudadano que nace en la reflexión y se traduce en el voto razonado en épocas electorales. No perdamos la memoria colectiva.

Hagamos del 2010 el año de los ciudadanos y enarbolemos la bandera del deber cívico exigiendo puntualmente cuentas a las autoridades: Resultados debe de ser la medida.
No fotos ni poses ni planecitos de oropel.

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