Cosas de Reyna

Universidades de calidad


Mira, Reyna, lo que sucede es que quienes tenemos empresas no tenemos tiempo para estudiar y realizar investigación sobre temas que nos interesan. Estamos dedicados al cien por ciento a sacar adelante nuestros proyectos… Más bien lo que queremos es que Ustedes, que están en las universidades, proporcionen los conocimientos necesarios para apoyarnos.

Así comentó recientemente un amigo con quien conversaba sobre el rol de las universidades y su quehacer dentro de la sociedad. Creo que él resumió con bastante claridad lo que se espera de las instituciones de educación superior. Cada quien en lo suyo debe aportar lo mejor de sí mismo para crear sinergia y con ello obtener un mayor desarrollo comunitario. No pareciera difícil pero, ¿hasta qué punto estamos haciendo nuestra tarea?

Las universidades hoy en día se someten a distintos procesos de evaluación y acreditación. En esencia esta medida no debería de existir como candado para acceder a la mejora continua, calidad, recursos financieros, etcétera, ya que por sí mismas las Instituciones de Educación Superior (IES) deberían (obligación) estar constantemente inmersas en esa actividad. No resulta de esa manera en muchos casos.

Por eso México se sumó al igual que otros países al proceso de acreditación de las carreras universitarias; se refiere a una evaluación de programas de estudio que abarca los renglones de atención a estudiantes, habilitación de profesores, infraestructura y otra serie de datos que inciden directa o indirectamente a la formación de los estudiantes universitarios. Así que cuando un programa de estudio se acredita, significa que se avala la calidad del mismo en todos sus aspectos, de lo que resulta un enorme compromiso para quienes laboramos en las universidades. Conlleva un plus académico para los egresados. No es una moda ni una política educativa temporal. En la Universidad de Sonora, donde prestamos nuestros servicios, es una política interna prioritaria. Y no cambiará, pues es ya una cultura dentro de nuestra institución.

El tema de acreditación fue también la razón por la cual recientemente hice viaje a Cancún, Quintana Roo, como ocurrió con el pasado viaje a Colombia, donde trabajamos sobre el proceso de acreditación internacional, en aquel entonces respecto a la carrera de Derecho la que ya obtuvo acreditación nacional. Hoy, en Cancún, por segunda ocasión nos reunimos directores y jefes de departamento de distintas Universidades de América Latina en relación a los programas de Contabilidad y Administración. Este foro académico nos permite conocer, analizar, evaluar, participar y asumir criterios de interés para el mejor desarrollo de nuestras instituciones, considerando las experiencias de Chile, Venezuela, Perú, Ecuador, Argentina y otros países participantes.

Por más alejado que esté un campus universitario de la capital del estado o del país, nunca debe haber distancia académica ni con su entorno inmediato ni con el mundo. La mundialización exige acercamientos y redes académicas que generen beneficios a las partes. Debemos romper viejos paradigmas de más o menos calidad de la enseñanza en función de la ubicación geográfica que se tenga.

No es tarea fácil y esto lo comprendemos quienes estamos en regiones alejadas del centro y que por lo mismo implica redoblar esfuerzos para alcanzar objetivos y metas de alta calidad, las que naturalmente inciden en un mayor prestigio académico.

Tampoco es tarea acabada esto de la acreditación. Sabemos que aún nos falta trecho por recorrer. El asunto es que estamos en el camino y por lo tanto en la ruta adecuada. Maestros, alumnos y trabajadores saben que en mucho, es cuestión de actitud hacia el trabajo. Y se tiene.

La vida universitaria es apasionante e intensa porque en ella convergen muchos pensamientos, criterios, opiniones y críticas. No está esto mal. Sucede que en la medida en que las ideas se expongan y se planteen propuestas viables, el trabajo en su conjunto avanzará significativamente hacia los objetivos establecidos. La diatriba y la retórica no son cartas de presentación de profesionistas de calidad y de compromiso social. Actuar de esa manera es simplemente negarse al progreso y estancarse en el pasado arropado en la dudosa comodidad del no comprometerse al cambio que exige la sociedad.


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