Cosas de Reyna

Estas Olimpiadas 2016

Fotografía tomada de Google.com

El día cinco de agosto, como desde hace ya hace mucho tiempo, me senté frente al televisor a observar los Juegos Olímpicos.  Con la misma ansiedad de siempre vi desfilar cada país representado por sus delegaciones ondeando alegremente la bandera nacional, esperando que México hiciera acto de presencia.  Ahí estaban. Una imagen que mi cerebro tiene registrada y que celebro repetir cada cuatro años.

 Tal vez sea que soy de otra generación y mi hija es una milennial pero el caso es que ella solo escuchaba mis comentarios y pasaba de largo.  No es que no me interese –dijo en uno de esos momentos que se detuvo- de hecho espero que México se posicione bien esta vez  pero revisa la historia y te darás cuenta que no es fácil para los competidores de nuestro país.    Quedé pensando en sus palabras y vuelve para rematar con un discurso breve y demoledor sobre el escaso apoyo a los deportistas y la tragedia de esa mezcla fatal con la política.    Me hundí más en el sillón.

Seguí atenta la participación de nuestros competidores hasta el final, con los resultados ya conocidos.  Aurelio Nuño Mayer, Secretario de Educación Púbica afirmó que el saldo es consistente con lo que se ha tenido en las últimas cinco Olimpiadas, es decir, el promedio –dijo- es de cinco medallas y eso es exactamente lo que se obtuvo[1]

Alfredo Castillo, presidente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) declaró recientemente que su renuncia está sobre la mesa y agregó que tiene la instrucción de dar explicaciones puntuales a la Sociedad sobre los resultados y demás cuestiones inherentes.  Para seguir con la tónica, ofreció disculpas por haberse paseado en Río con su pareja en tanto la Delegación Mexicana era cuestionada en su actuación.[2]  Lo bailado nadie se lo quita.

Dos declaraciones desatinadas que muestran el vacío que existe en torno al sistema deportivo en el país. Y sí, como cada cuatro años vuelven los ojos y la atención pública a la CONADE, al Comité Olímpico Nacional, a la SEP o al tema de los Organismos que la CONADE ha desconocido por presuntas irregularidades como el caso de la Federación Mexicana de Boxeo.  Todos los directivos al final rematan sus declaraciones, discursos o ruedas de prensa con la consabida frase de debemos tomar esta experiencia para que no vuelva a suceder lo que pasó en estas Olimpiadas.  Tal parece que esta es la única bandera que ondea entre quienes dirigen el deporte mexicano.

Una cuestión debatible es que en el sistema político mexicano quien no brinda los resultados esperados debe renunciar y Alfredo Castillo no es la excepción,  el ya se preparó: puso su renuncia sobre la mesa.  Digo debatible porque no sé hasta que punto eso es conveniente. Sobre todo porque con la renuncia se deshacen del asunto sin mayor trámite ni obligación.  Acaso algunas notas periodísticas más, algunas declaraciones políticas por aquí y por allá, hasta que otro asunto sea más novedoso.

Debatible también porque si tuviéramos un sistema educativo integral, donde el deporte estuviera considerado efectivamente como parte de la formación de niños y jóvenes, no importaran tanto quienes son los que dirigen los organismos deportivos, sino los programas y proyectos de corto, mediano y largo alcance donde los  dirigentes definieran un estilo de liderazgo pero no de cambio de programas y estructuras en forma atropellada y a veces caprichosa y sin experiencia. 

El día de la clausura de los Juegos Olímpicos ahí estuve tan atenta como durante la inauguración.   Festejé las cinco medallas que obtuvieron nuestros compatriotas y celebré su valor, disciplina, coraje y esfuerzo. Aplaudí a quienes regresan a casa sin preseas porque reconozco en ellos lo mismo. 

¿Qué pasará con el deporte mexicano con miras a las Olimpiadas 2020 en Japón? Cuatro años para preparar a una nueva delegación de jóvenes no es cosa menor ni sencilla.  El nudo gordiano se encuentra en las estructuras administrativas, en las instancias de poder y de dirección. En cuatro años habrá otro Presidente de la República, nuevo Plan Nacional de Desarrollo, otros gobernantes, otras políticas educativas. En tanto no se exija la existencia de  un plan estratégico de largo alcance, que trascienda sexenios y partidos políticos, que vea verdaderamente por el México que ansiamos hasta entonces tendremos un rumbo definido.  



[1] http://www.eluniversal.com.mx/articulo/deportes/mas-deportes/2016/08/22/resultado-de-mexico-en-rio-2016-es-consistente-aurelio
[2] http://laaficion.milenio.com/Conade-Alfredo_Castillo-renuncia_Alfredo_Castillo-Rio_2016-Milenio-Noticias_0_797920261.html

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