Cosas de Reyna

Debates y Redes Sociales


Fotografía tomada de Google.com
“Usted es un buen chico, con altas calificaciones, pero en democracia creemos sinceramente que no aprueba” Así espetó durante aquel famoso primer debate Diego Fernández de Ceballos (PAN) a Ernesto Zedillo Ponce de León (PRI), ante un adusto Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PRD), todos contendientes a la Presidencia de la República en 1994. Han pasado 24 años de ese histórico hecho.  En aquella época no existían las redes sociales (RRSS). El órgano regulador del proceso fue el Instituto Federal Electoral, con una carga más de dudas que de confianza ciudadana.

Hace 24 años era vital presenciar el análisis del debate, las grandes televisoras lo sabían y capitalizaban al infinito. Política y económicamente hablando. Televisa y TvAzteca eran los verdaderos protagonistas de la noche después del debate. A través de los analistas                      invitados unos, comprados otros, se influía enormemente en el pensamiento colectivo sobre el ánimo del voto.  Ese ánimo que aun estaba caliente, a flor de piel. Eran ellos quienes maquillaban a conveniencia las deficiencias habidas de los contenidentes en el debate, exponenciaban los aciertos, recalcaban las diferencias, marcaban rumbo a modo. Asi que al final del día eran las casas televisoras las que materialmente (previo jugosos acuerdos)  definían quienes eran los ganadores y quienes los perdedores. 

Mucho ha cambiado desde entonces. Hace 24 años obtener información del ejercicio gubernamental era ir a buscarla, rastrearla, incluso discutir con funcionarios públicos para obtenerla, con la posibilidad mayúscula de un no rotundo.  Cuando estaba preparando mi tesis de licenciatura en derecho (1992) con tema sobre abstencionismo electoral, acudí ante la autoridad estatal correspondiente a tratar de obtener la plataforma electoral de cada partido político. Recuerdo que la persona que me atendió me miró despectivamente antes de, con bastante soberbia, negar el expediente que en copia tenia sobre su escritorio e incluso se retiró de su oficina estando yo aún en el lugar.  

Hoy en día ha cambiado radicalmente. Existe una Plataforma de Transparencia[1]que garantiza esto y la rendición de cuentas en todo el país. Realmente funciona, pese a la incredulidad que pudiera generar esto. 

Pero lo más importante es que ahora, en este justo momento, la gran mayoría de los mexicanos estamos conectados y somos usuarios permanentes de las redes sociales. Hace poco tiempo se lanzó el reporte “La Tecnología Digital en México en 2018”[2]el cual revela datos por demás interesantes: En un país de 130 millones de mexicanos, 85 millones (65% de la población total) utiliza las RRSS. 83 millones son usuarios de Facebook, de los cuales el 94% accede a través de sus móviles. El tiempo promedio diario que utilizamos en redes es de 8 horas con 17 minutos. Los sitios web más demandados aparte de Facebook son Google, Youtube, Whatsapp, Twitte, entre otros. Esa es la realidad que tenemos. 

Por eso los debates en México han evolucionado. No tanto por la rigurosidad con la que se han regulado el formato, ni siquiera por la evolución del instituto electoral habida cuenta de la Reforma de 2014. Han evolucionado por el acceso ciudadano los medios de comunicación ya no como sujeto pasivo sino activo plenamente  y por la fuerza del impulso social. Se acabaron los análisis a modo. Se acabaron los analistas a conveniencia. Ahora cada ciudadano puede hacer valer su opinión, a cual más respetable. Las mismas televisoras que antaño acaparaban el post debate, cambiaron sus propios formatos de análisis. Evolucionar o morir como medio. 

Bienvenida sea la diversidad de opiniones libres, respetuosas, auténticas y genuinas. Bienvenidas sean las ideas que nutren y fortalecen el espíritu ciudadano. Bienvenido el compromiso real de aportar conocimiento y experiencia. Bienvenidas las participaciones ciudadanas que ayudan a construir.


[1]http://www.plataformadetransparencia.org.mx/web/guest/inicio
[2]https://hootsuite.com/es/pages/digital-in-2018-mexico

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