Cosas de Reyna

La ambición de quererte


 

El título de la presente columna invita a pensar que desbordaré en palabras sobre algún amor pasado, presente o futuro. O una conjugación en tres tiempos. La broma es inevitable. Corre por mis venas. Pienso en cómo narrarían a partir de este título mis admiradísimas Isabel Allende, Elena Garro, Ángeles Mastretta, Laura Esquivel o la gran Pita Amor, a quien aún me duele no haber conocido y conversado. Somos de épocas distintas.

 

El concepto ambición en México ha tenido a través del tiempo una connotación negativa. Si se trata de mujeres, se le agrega un tinte peyorativo, como si fuera algo malo o indebido. ¿Se han dado cuenta que incluso hasta el tono de voz cambia cuando se dice que tal persona es una mujer ambiciosa? A veces lo comparo con un vestido con el que te sientes divina pero que al salir de casa te señalan cientos de personas a las cuales no les gusta. Y es entonces cuando escoges. O regresas a casa, cambias por una prenda más modesta que pase inadvertida o bien continuas caminando porque esa persona eres tu y solo tu, vestida para el éxito sabedora que implicará horas y horas de estudio, trabajo, disciplina, retos y más retos.  Lo paradójico es que existe una exigencia  de hacer todo esto, pero no te atrevas, mujer, a ser ambiciosa. ¿?  Y he ahí a millones de personas humildes, cuyas alas fueron cercenadas  desde su nacimiento pese a tener altos coeficientes intelectuales porque la enseñanza fue no seas ambicioso (a).

 

Por otro lado, cuando se dice que un hombre es ambicioso la cosa cambia un poco… o un mucho. Se percibe como una persona de éxito o en busca de él. Cosas de la sociedad mexicana que debemos cambiar ya. En otras latitudes, ser una persona ambiciosa -hombre o mujer-le agrega valor como tal. 

 

Ambición, según la Real Academia Española, es el deseo ardiente de conseguir algo, es una cosa que se desea con vehemencia. No existe aquí esa negatividad que la sociedad le ha endilgado al término. El asunto sería distinto si esa ambición es de mala fe, la codicia o avaricia.Y no nos estamos refiriendo a ello.

 

Aseveré en el titulo una ambición de querer. Pero no me refiero a esas querencias de personas. Me refiero a la querencia por el lugar que habitamos, en el que hemos desarrollado nuestra vida, profesión, familia, amistades. De nada serviría querer sin hacer. Así que cuando fui invitada para contender por una regiduría, no dudé en aceptar. Me declaro, sí,  ambiciosa de querer al municipio donde vivo. Después de tantos años de desempeño como profesora universitaria impartiendo clases de derecho administrativo, municipal y otras, después de haber laborado otros tantos años dentro del poder judicial más la experiencia administrativa adquirida en diversos cargos, honestamente considero que tengo el deber de aportar a la cosa pública todo aquello que vaya para y por bien de la comunidad. 

 

Esta figura, como parte integrante de un ayuntamiento conformado por presidente, síndico y regidores de mayoría relativa, representación proporcional y étnico, reviste particular importancia y va más allá de la asistencia a sesiones de cabildo y participación en comisiones de trabajo. Si bien la ley municipal respectiva establece una serie de funciones y atribuciones, quisiera destacar que esta actividad administrativa-política está con mucho, sujeta a la capacidad de cada uno de sus integrantes, y no necesariamente es a partir de un título profesional que si bien es importante no es garantía del buen hacer público, ni de sensibilidad social ni de eficiencia.


Así que ahí voy. A partir del 16 de septiembre de 2021, formal y materialmente, con la solemnidad de la toma de protesta, ocuparé junto con los demás compañeros el cargo de regidora por el periodo 2021-2024. Sin duda habrá mucha actividad que realizar y decisiones colegiadas que tomar. En este sentido quisiera subrayar que cada administración municipal y ayuntamiento tiene su propio estilo de trabajo y es apenas cuando una persona se encuentra sentada detrás del escritorio cuando advierte y dimensiona los problemas que atañen como es el caso, al municipio. El punto es cómo se resuelven y atienden los diversos problemas y demandas sociales, trabajando a la par con un plan de desarrollo visionario, de largo alcance.


La responsabilidad es amplísima y espero que tanto los compañeros integrantes del ayuntamiento como todos y cada uno de los funcionarios y empleados públicos apliquemos  el  máximo esfuerzo, máximas capacidades, competencias y habilidades en el ejercicio transparente de la función pública. Hoy por hoy, la exigencia es cada vez mayor tanto legal como socialmente. Y no, no hay tiempo para ensayos. 


 

 

 

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